Con el verano a la vuelta de la esquina, muchos padres se preguntan cómo pueden ayudar a sus hijos a sobrellevar el calor estival de una manera saludable y deliciosa. La clave está en la alimentación, que no solo puede refrescar, sino también proporcionar los nutrientes esenciales que los pequeños necesitan para crecer y jugar. Aquí te presentamos un enfoque integral para que tus hijos se mantengan frescos e hidratados durante los días más calurosos del año.
A través de consejos prácticos de nutricionistas, aprenderemos sobre los mejores alimentos para combatir el calor, así como estrategias para hacer que estas opciones sean atractivas para los niños. ¡Empecemos!
Alimentos que ayudan a los niños a combatir el calor
La elección adecuada de alimentos es fundamental para mantener a los niños frescos y ligeros en días de altas temperaturas. Según Laura Jorge, dietista nutricionista, hay ciertos alimentos que destacan por su capacidad para refrescar y mantener la hidratación. Es importante recordar que, aunque los helados y refrescos son populares entre los niños, no son las opciones más saludables ni efectivas para combatir la sed.
Frutas y verduras refrescantes
Las frutas y verduras de temporada son excelentes aliados durante el verano. Alimentos como la sandía, el melón, el pepino y el tomate son ricos en agua y nutrientes. A continuación, te mostramos algunas ideas de cómo incorporarlos:
- Servir rodajas de sandía como snacks.
- Preparar ensaladas frescas con tomate y pepino.
- Elaborar sopas frías como el gazpacho, que puede ser atractivo si se presenta de manera divertida.
Explicar a los niños los beneficios de estos alimentos puede ayudarles a apreciarlos más, y es importante recordar que un trozo de fruta puede ser un excelente refrigerio a cualquier hora.
Lácteos fermentados para el verano
Los lácteos fermentados como el yogur y el kéfir son opciones ideales. Son livianos, fáciles de digerir y beneficiosos para la salud intestinal. Aquí tienes algunas formas de ofrecerlos:
- Combinar yogur natural con frutas frescas para hacer un postre nutritivo.
- Crear cremas frías con kéfir y frutas, que son refrescantes y sabrosas.
Es importante que los yogures sean naturales y sin azúcares añadidos, lo que los convierte en un snack saludable.
La importancia del agua
La hidratación es clave durante el verano. Aunque el agua no es un alimento, su papel es fundamental para el bienestar de los niños. Si les cuesta beber agua sola, puedes hacerla más atractiva añadiendo:
- Rodajas de fruta como limón, naranja o fresas.
- Hojas de menta o albahaca para un toque fresco.
- Pepino en rodajas para un sabor diferente.
Establecer horarios para beber agua, como al levantarse o antes de salir a jugar, ayuda a crear una rutina de hidratación efectiva.
Hierbas como aliadas contra el calor
Las hierbas frescas como la menta y la hierbabuena pueden ser un añadido refrescante en la dieta de los niños. El mentol en estas hierbas proporciona una sensación de frescor que puede ayudar a combatir el calor. Algunas ideas incluyen:
- Infusiones frías que se pueden servir en lugar de bebidas azucaradas.
- Ensaladas de frutas con un toque de menta.
Además, el jengibre es otro alimento que, aunque puede ser menos aceptado por los niños, favorece la sudoración, ayudando al cuerpo a regular su temperatura. Un batido de jengibre con limón puede ser una opción refrescante.
Miniguía rápida: consejos prácticos para combatir el calor con la alimentación
A continuación, te ofrecemos una miniguía rápida con consejos prácticos para ayudar a tus hijos a sobrellevar el calor del verano a través de la alimentación:
- Opta por frutas frescas y jugosas: Sandía, melón y naranjas son perfectas para la hidratación. Córtalas en trozos divertidos.
- Evita las bebidas azucaradas: Estas pueden deshidratar. Siempre lleva agua y saborízala para hacerla más atractiva.
- Aprovecha los antioxidantes: Incluye tomates, zanahorias y espinacas en ensaladas, ya que ayudan a proteger la piel.
- Incluye platos fríos en las comidas: Gazpachos y sopas frías son opciones ligeras y nutritivas que apetecen en verano.
- Limita los dulces: Los helados pueden ser un capricho ocasional, pero no deben ser la base de la dieta; considera hacer polos de frutas.
- Establece una rutina de hidratación: Incentiva el consumo de agua a lo largo del día, igual que se haría con el cepillado de dientes.
Para más información sobre cómo mantener una alimentación saludable durante el verano, te recomiendo ver este útil video sobre alimentos refrescantes para combatir el calor:
¿Qué alimentos evitar en verano?
Es tan importante conocer qué alimentos son beneficiosos como aquellos que es mejor evitar durante los meses calurosos. Algunos de los alimentos que pueden ser contraproducentes incluyen:
- Bebidas azucaradas: Estas pueden causar deshidratación y no satisfacen la sed.
- Alimentos fritos: Son pesados y difíciles de digerir, lo que puede hacer que los niños se sientan incómodos.
- Comidas picantes: Aunque en algunas culturas son comunes, pueden provocar sudoración excesiva y malestar.
Al evitar estos alimentos, ayudarás a tus hijos a sentirse más ligeros y cómodos durante el verano.
Comer bien para el golpe de calor
En caso de que un niño sufra un golpe de calor, es crucial actuar rápidamente. Algunos alimentos y bebidas que pueden ser beneficiosos en esta situación son:
- Agua fría: Estimula la rehidratación rápidamente.
- Frutas ricas en agua: Como la sandía y el melón.
- Yogur: Fresco y nutritivo, ayuda a restaurar electrolitos.
Reforzar el aprendizaje sobre la importancia de la hidratación y la alimentación adecuada puede prevenir este tipo de situaciones y mantener a los niños saludables.
Opciones de comidas ligeras durante la ola de calor
Durante una ola de calor, es recomendable enfocarse en comidas ligeras y refrescantes que mantengan a los niños satisfechos sin sentirse pesados. Algunas opciones incluyen:
- Ensaladas variadas: Con ingredientes frescos y coloridos.
- Sopas frías: Como el gazpacho o el salmorejo, fáciles de preparar y muy saludables.
- Wraps: Con tortillas de integral y rellenos de verduras frescas y proteínas magras.
Priorizar estas opciones no solo ayuda a combatir el calor, sino que también promueve hábitos alimenticios saludables en los niños.
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