Consejos para que los niños mantengan buenos hábitos alimenticios en verano

Con la llegada del verano, muchos padres se enfrentan al desafío de mantener hábitos alimenticios saludables en sus hijos. Los días calurosos suelen traer consigo una disminución en el apetito y un aumento en el deseo de consumir alimentos ultraprocesados, como helados y refrescos. Sin embargo, es crucial que los buenos hábitos inculcados durante el año escolar se mantengan también en esta época del año. A continuación, exploraremos cómo fomentar una alimentación sana en los niños durante el verano.

Índice de contenidos
  1. ¿Qué son los hábitos de buena alimentación?
  2. Consejos para fomentar buenos hábitos alimenticios en niños
  3. Alimentarse en verano: alternativas saludables
  4. Promoviendo la aceptación de alimentos saludables
  5. Recetas sencillas y saludables para hacer con tus hijos

¿Qué son los hábitos de buena alimentación?

Los hábitos de buena alimentación se refieren a patrones de conducta relacionados con la elección y consumo de alimentos que promueven la salud y el bienestar. Estos hábitos son fundamentales para el crecimiento y desarrollo adecuado de los niños. Una buena alimentación incluye:

  • Consumo balanceado de frutas y verduras.
  • Ingesta adecuada de proteínas, como carnes magras, pescado y legumbres.
  • Elección de carbohidratos integrales en lugar de refinados.
  • Limitación de azúcares añadidos y grasas saturadas.
  • Hidratación adecuada, principalmente con agua.

Fomentar estos hábitos ayuda a prevenir problemas de salud, como la obesidad infantil y enfermedades crónicas. Además, establece una base sólida para una vida adulta saludable.

Consejos para fomentar buenos hábitos alimenticios en niños

La dietista y nutricionista Laura Jorge comparte consejos prácticos para ayudar a los padres a mantener saludables los hábitos alimenticios de sus hijos, incluso en los meses de calor. Aquí te presentamos sus recomendaciones más efectivas:

1. Los padres son el espejo de sus hijos

Los niños aprenden observando a sus padres. Por lo tanto, es fundamental que los padres adopten un estilo de vida saludable. Algunos aspectos a considerar son:

  • Sentarse a comer juntos en familia.
  • Elegir alimentos saludables y nutritivos como opciones habituales.
  • Hablar sobre la importancia de la comida y nutrirse adecuadamente.
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La comunicación durante las comidas no solo fomenta la salud, sino también la conexión familiar, creando un ambiente positivo y de apoyo.

2. Compra y cocina con ellos

Involucrar a los niños en la compra y preparación de alimentos es una excelente manera de enseñarles sobre nutrición. Esto les ayuda a:

  • Conocer diferentes tipos de alimentos y sus beneficios.
  • Aprender a elegir opciones saludables.
  • Desarrollar habilidades culinarias básicas.

Una visita al supermercado puede convertirse en una aventura educativa. Los niños pueden elegir frutas y verduras frescas y aprender a leer etiquetas. También, cocinar juntos puede ser una oportunidad para experimentar con nuevas recetas y sabores.

3. Mantén la despensa llena de alimentos saludables

Es crucial evitar tener en casa alimentos ultraprocesados que atraigan a los niños. En su lugar, llena tu despensa con opciones nutritivas y deliciosas. Algunas sugerencias incluyen:

  • Frutas frescas y secas.
  • Verduras crujientes como zanahorias y apio.
  • Frutos secos y semillas.
  • Cereales integrales.
  • Productos lácteos bajos en grasa.

Con una despensa bien equipada, los niños podrán preparar snacks saludables y creativos, estimulando su curiosidad y motivación por alimentarse bien.

4. Juega con los alimentos

El juego es una herramienta poderosa en la educación infantil. Usar alimentos como material para actividades puede ser una forma divertida de que los niños aprendan sobre ellos. Algunas ideas incluyen:

  • Hacer collages o murales con legumbres y frutas.
  • Crear formas divertidas con pasta o cortar frutas.
  • Realizar juegos de adivinanza utilizando el sentido del tacto y olfato.

Estas actividades ayudan a que los niños se familiaricen con diferentes alimentos, promoviendo una relación positiva con la comida desde una edad temprana.

Alimentarse en verano: alternativas saludables

Durante el calor del verano, es común que los niños busquen refrescos y helados. Sin embargo, existen alternativas saludables para disfrutar de estos sabores sin comprometer la nutrición. Aquí te dejamos algunas ideas:

  • Polos de frutas naturales: Mezcla frutas como melocotones y plátanos con yogur y congela en moldes.
  • Batidos de frutas: Combina yogur, leche y frutas congeladas para un batido refrescante.
  • Agua infusionada: Añade frutas frescas como fresas o naranja al agua para un toque de sabor.
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Estas opciones no solo son deliciosas, sino que también ofrecen nutrientes esenciales para el crecimiento y desarrollo de los niños.

Además, a continuación se presenta un vídeo con consejos sobre cómo alimentar a niños selectivos, que puede ser muy útil para los padres que enfrentan este desafío:

Promoviendo la aceptación de alimentos saludables

Es habitual que los niños sean selectivos con la comida. Para ayudarles a aceptar una mayor variedad de alimentos, considera las siguientes estrategias:

  • Introduce nuevos alimentos de manera gradual.
  • Ofrece opciones en diferentes presentaciones (crudas, cocidas, en puré).
  • Permite que los niños participen en la elección de sus comidas.

Fomentar la curiosidad y la aventura en la comida puede ayudar a los niños a desarrollar un paladar más amplio y saludable.

Recetas sencillas y saludables para hacer con tus hijos

Una excelente forma de involucrar a los niños en la cocina es preparar recetas sencillas y saludables. Aquí tienes una receta de polos de melocotón que pueden disfrutar juntos:

  1. Ingredientes: Un melocotón maduro, medio plátano y un poco de yogur.
  2. El proceso: Tritura todos los ingredientes hasta obtener una mezcla homogénea.
  3. Verter la mezcla en moldes para congelar.
  4. Deja congelar durante al menos 4 horas.
  5. Desmolda y disfruta de un refrescante y saludable snack.

Esta actividad no solo proporciona un refrigerio saludable, sino que también crea recuerdos divertidos en la cocina.

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