Descubrimiento neurocientífico sobre el entendimiento del color en niños

¿Sabías que los niños pueden percibir los colores de manera similar a los adultos antes de aprender a hablar? Un nuevo estudio en neurociencia infantil ofrece hallazgos fascinantes sobre la percepción del color en los más pequeños, lo que tiene importantes implicaciones para la crianza y la educación. Este descubrimiento no solo desafía las nociones previas sobre el desarrollo cognitivo infantil, sino que también abre nuevas avenidas para entender cómo los niños experimentan el mundo que les rodea.

La investigación, realizada por científicos de la Universidad de Kyoto, ha desmitificado la idea de que los niños pequeños carecen de la capacidad de entender conceptos complejos antes de poder verbalizarlos. Este avance promete transformar cómo los padres y educadores interpretan las señales y reacciones de los niños. Explorando estos hallazgos, podemos enriquecer nuestra comprensión sobre el desarrollo infantil y las formas en que podemos apoyar a los niños en su crecimiento.

Índice de contenidos
  1. Una interfaz que traduce percepciones sin palabras
  2. Un patrón cerebral común desde la infancia
  3. Neurociencia y crianza: una nueva alianza
  4. El valor de estudiar lo invisible
  5. Referencias

Una interfaz que traduce percepciones sin palabras

El equipo de investigación, bajo la dirección de Yusuke Moriguchi, desarrolló una metodología innovadora para evaluar la percepción del color en niños pequeños. Este enfoque se centra en el uso de una interfaz táctil, eliminando la necesidad de que los niños se expresen verbalmente. Al permitir que los pequeños, algunos de tan solo 3 años, indicaran la similitud entre diferentes colores sin nombrarlos, los investigadores pudieron acceder a sus experiencias subjetivas de una manera nueva.

Este método se basa en el concepto de qualia, que se refiere a las experiencias individuales y subjetivas que cada persona tiene. Por ejemplo, la manera en que percibimos el rojo de una manzana puede variar de persona a persona. La investigación ha mostrado que, aunque los niños no puedan verbalizar sus experiencias, su cerebro organiza y procesa los colores de manera sorprendentemente similar a los adultos.

La muestra del estudio incluyó niños de diferentes edad y nacionalidades, mostrando que la percepción del color no solo es un fenómeno universal, sino que también se desarrolla de manera similar a través de diferentes culturas. A través de un ejercicio donde se les presentaron nueve colores y se les pidió que evaluaran su similitud en una escala de cuatro puntos, se logró obtener resultados consistentes que apoyan la validez del método.

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Un patrón cerebral común desde la infancia

Uno de los hallazgos más significativos del estudio es que los patrones de percepción cromática en los niños son notablemente similares a los de los adultos. A pesar de que su desarrollo del lenguaje aún se encuentra en una etapa temprana, los niños de tan solo tres años muestran estructuras de qualia de color que son comparables a las de los adultos. Este descubrimiento plantea interrogantes sobre la relación entre la capacidad perceptual y la habilidad lingüística.

Los autores del estudio se mostraron sorprendidos por la consistencia observada en las estructuras de qualia entre diferentes edades. Esto sugiere que la conciencia perceptiva del color se desarrolla antes de que los niños tengan la capacidad de describirlo con palabras. Esto tiene importantes implicaciones para la educación y la crianza, ya que nos invita a considerar que los niños tienen experiencias más complejas de lo que podríamos pensar.

Además, la robustez de los resultados, obtenidos en múltiples entornos de prueba (presenciales y en línea), valida la metodología implementada, lo que abre la puerta a investigaciones futuras que podrían explorar una gama más amplia de colores y contextos culturales.

Neurociencia y crianza: una nueva alianza

Este estudio proporciona una nueva lente a través de la cual los padres y cuidadores pueden observar el desarrollo infantil. Comprender que los niños pequeños tienen experiencias subjetivas complejas, aunque no puedan expresarlas, puede cambiar significativamente la forma en que interactuamos con ellos. Por ejemplo, un niño que señala o muestra interés en un color no lo hace de manera aleatoria; su respuesta está conectada con una estructura perceptiva consciente que ya se ha comenzado a desarrollar.

Esta comprensión también invita a reflexionar sobre cómo diseñamos el entorno visual de los niños. Considerando que los colores en juguetes, libros, y otros elementos pueden influir en sus experiencias perceptivas, es crucial elegir cuidadosamente los estímulos visuales que les presentamos. Algunas implicaciones para la crianza podrían incluir:

  • Incorporar una variedad de colores en el entorno de juego.
  • Utilizar libros ilustrados con paletas de colores vibrantes.
  • Elegir ropa colorida que pueda estimular la curiosidad visual.
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Al entender cómo se forman estas estructuras perceptivas desde la infancia, los neurocientíficos tienen la oportunidad de explorar conexiones más profundas entre la percepción visual y otros aspectos del desarrollo, como la atención y la memoria. Esto podría enriquecer no solo el campo de la neurociencia, sino también la práctica educativa y la crianza.

El valor de estudiar lo invisible

Este estudio no solo se destaca por sus resultados, sino también por su enfoque metodológico innovador. Tradicionalmente, la investigación sobre la conciencia y la percepción había estado limitada por la necesidad de que los participantes pudieran describir sus experiencias. Esto excluía a los niños más pequeños y, por lo tanto, a una etapa crucial en el desarrollo de la mente humana.

La introducción de una tarea que mide la similitud de colores permite inferir la estructura interna de la experiencia perceptiva, lo que representa un avance significativo en la neurociencia del desarrollo. Este tipo de investigación abre un nuevo camino para el estudio de experiencias subjetivas en la infancia y establece un nuevo estándar metodológico.

Si bien los investigadores son conscientes de que hay muchos aspectos por explorar, como la influencia cultural y la variabilidad en la percepción del color, el estudio actual sienta las bases para investigaciones futuras, y establece una dirección prometedora en la exploración de la conciencia en los niños.

Referencias

  • Yusuke Moriguchi, Tomohiro Ishizu, Mutsumi Imai, Yuki Yamada. Comparing color qualia structures through a similarity task in young children versus adults. Proceedings of the National Academy of Sciences (2025). DOI: https://doi.org/10.1073/pnas.2415346122.

Para aquellos interesados en profundizar más en este tema, el video titulado "5 claves de neurociencia para una crianza efectiva" proporciona información valiosa sobre cómo los hallazgos de la neurociencia pueden ser aplicados en la práctica cotidiana de la crianza. A continuación, se presenta el enlace al video:

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