La percepción común sobre las personas con altas capacidades suele estar impregnada de mitos y estereotipos. Sin embargo, es fundamental desmitificar la idea de que todos aquellos que destacan en inteligencia son genios. Para entender realmente las altas capacidades, es necesario explorar su complejidad y reconocer que cada individuo es único en sus talentos e intereses. Este artículo busca arrojar luz sobre este tema, ofreciendo información valiosa y contexto para comprender mejor a aquellos que poseen altas capacidades.
Altas capacidades no es igual a ser un genio
La noción de que las personas con altas capacidades son inherentemente genios es un concepto erróneo. Según las psicólogas Anaïs Rodríguez y Mari Carmen Gutiérrez, del gabinete psicológico Altascapaciqué, es esencial entender que las altas capacidades no se limitan a un rendimiento sobresaliente en todas las áreas. De hecho, se estima que el 10% de la población presenta algún tipo de alta capacidad, lo que significa que en un aula promedio, podemos encontrar entre dos y tres niños con estas características.
Las profesionales destacan que muchas veces, después del proceso de evaluación, surgen cuestionamientos acerca de la verdadera naturaleza de las altas capacidades. Uno de los mensajes recurrentes que reciben de sus pacientes es: “si soy tan inteligente, ¿por qué me siento tan tonta?”. Esta reflexión pone de relieve la desconexión que puede existir entre el rendimiento académico y la autopercepción emocional de estas personas.
Rodríguez y Gutiérrez explican que las altas capacidades no siempre se traducen en éxito académico o social. Por lo tanto, es crucial abordar el proceso de evaluación de manera integral. A este respecto, sugieren que un diagnóstico efectivo debe considerar diversos factores, tales como:
- Funcionamiento cognitivo
- Funciones ejecutivas
- Creatividad
- Personalidad
- Desarrollo socioemocional
- Estilo de aprendizaje e intereses
Este enfoque holístico no solo permite identificar las capacidades de una persona, sino que también ayuda a entender sus necesidades y desafíos únicos.
Trabajar en función de la etapa
Una vez completado el proceso de evaluación, se hace evidente la importancia de adaptar las estrategias de intervención a la etapa de desarrollo del individuo. La aceptación y comprensión son clave para desvincular la idea de genio de las altas capacidades intelectuales. Las psicólogas subrayan que la percepción social de lo que significa tener altas capacidades puede ser limitante y causar ansiedad tanto en los propios individuos como en su entorno.
En este sentido, es crucial trabajar con las personas con altas capacidades en las distintas etapas de su vida, considerando sus características específicas. A continuación, abordaremos qué aspectos se deben trabajar en cada una de estas fases cruciales:
Qué trabajar en la etapa adulta
Durante la etapa adulta, es importante que las personas con altas capacidades se enfoquen en:
- Indagar en la historia de vida y las repercusiones de la no identificación.
- Trabajar el perfeccionismo y sus implicaciones.
- Potenciar la regulación emocional.
- Ahondar en las relaciones sociales.
- Fomentar un sentido de pertenencia y conexión.
Este enfoque les ayudará a navegar sus emociones y relaciones de manera más efectiva, promoviendo un bienestar integral.
Qué trabajar en la adolescencia
En la etapa juvenil, las recomendaciones incluyen:
- Fomentar el autoconcepto y la autoestima.
- Mejorar la regulación emocional y las estrategias de afrontamiento.
- Optimizar las funciones ejecutivas a través de situaciones reales y de estudio.
- Orientar académicamente, conectando intereses y perfil personal.
El apoyo en este periodo es fundamental para que los adolescentes puedan desarrollar un sentido de identidad y dirección en sus vidas.
Qué trabajar en la etapa infantil
Finalmente, en la etapa infantil, es esencial enseñar a los niños con altas capacidades a:
- Entender cómo funciona su cerebro y cómo esto influye en su manera de procesar el mundo.
- Trabajar en la disincronía interna y social.
- Fomentar la curiosidad y el aprendizaje regulado.
- Optimizar funciones ejecutivas a través del juego.
Un trabajo en equipo entre la familia y el centro educativo es crucial en esta fase inicial. Ayuda a crear una red de apoyo que facilite la aceptación y comprensión de sus capacidades.
Es fundamental erradicar el mito del genio en las altas capacidades. Las psicólogas Anaïs Rodríguez y Mari Carmen Gutiérrez argumentan que la aceptación y la comprensión son los dos aspectos esenciales para proporcionar un entorno enriquecedor y de apoyo a estas personas. Para profundizar en la temática, te recomendamos este interesante video que explora los mitos alrededor de las altas capacidades:
En resumen, desmitificar la idea de que las altas capacidades son sinónimo de genialidad es un paso crucial hacia una mejor comprensión y apoyo a estas personas. Al reconocer la diversidad de sus experiencias y necesidades, podemos contribuir a su desarrollo integral y bienestar emocional.
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