Ejercicio en la adolescencia reduce riesgo de depresión, estudio 12 años

La adolescencia representa un periodo crucial en el desarrollo humano, donde las experiencias físicas, emocionales y sociales juegan un papel determinante en el bienestar futuro. La relación entre el ejercicio y la salud mental se ha convertido en un tema de creciente interés, especialmente en un contexto global donde los trastornos depresivos entre jóvenes se están volviendo más comunes. Un reciente estudio ha confirmado que la actividad física no solo es buena para el cuerpo, sino que también puede servir como un potente aliado en la lucha contra la depresión en adolescentes.

Un estudio que involucró a casi 900 niños y adolescentes ha proporcionado evidencia sólida sobre cómo el ejercicio puede desempeñar un papel protectivo en la salud mental de los jóvenes. Los hallazgos destacan la importancia de moverse, no solo por motivos físicos, sino también como una estrategia efectiva para mejorar el bienestar emocional en una etapa crítica del desarrollo.

Índice de contenidos
  1. La actividad física en la adolescencia y su impacto en la depresión
  2. Entre los 14 y los 18 años, el ejercicio protege contra la depresión
  3. La relación bidireccional entre ejercicio y depresión
  4. El papel del sedentarismo en la salud emocional
  5. Equidad de género en la actividad física y la salud mental
  6. Factores que no explican la mejora emocional
  7. Un recurso accesible para la prevención de la depresión
  8. La importancia del movimiento en la adolescencia
  9. Referencias

La actividad física en la adolescencia y su impacto en la depresión

El estudio, publicado en abril de 2025 en el Journal of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry, fue llevado a cabo por investigadores de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU). Este seguimiento a 873 niños desde los 6 hasta los 18 años permitió a los investigadores observar cómo los cambios en la actividad física afectaban la salud mental de los participantes a lo largo del tiempo.

Los autores utilizaron acelerómetros para medir de manera precisa la actividad física y realizaron entrevistas clínicas para identificar síntomas de depresión. Este enfoque, al centrarse en las variaciones dentro de cada individuo, eliminó sesgos que podrían haber distorsionado los resultados y permitió observar patrones claros.

Entre los 14 y los 18 años, el ejercicio protege contra la depresión

Los hallazgos fueron contundentes: los adolescentes que aumentaron su actividad física a partir de los 14 años tenían menos probabilidades de desarrollar síntomas depresivos en los años siguientes. Este efecto se mantuvo constante entre los 14 y 18 años y fue especialmente notable en actividades de intensidad moderada a vigorosa, como correr, nadar o andar en bicicleta.

¡No te lo pierdas! ➡️  ¿Qué es Frenadol? Conoce todo sobre este medicamento

Los adolescentes que se comprometieron con un ejercicio más intenso mostraron niveles más bajos de síntomas depresivos en sus evaluaciones posteriores. Este patrón sugiere que la adolescencia media y tardía es una ventana crítica donde el ejercicio puede tener un impacto significativo en la salud emocional.

La relación bidireccional entre ejercicio y depresión

Es importante señalar que la relación entre ejercicio y depresión es bidireccional. Así como el ejercicio puede ayudar a reducir los síntomas depresivos, la presencia de depresión también puede conducir a una disminución en la actividad física. Este fenómeno fue observado con mayor claridad entre los 10 y 12 años, así como entre los 14 y 16 años.

Los adolescentes que experimentaban síntomas depresivos eran más propensos a evitar la actividad física, creando un círculo vicioso: menos movimiento lleva a un peor estado de ánimo, que a su vez provoca menos ejercicio. Esto subraya la necesidad urgente de intervenciones que fomenten la actividad física, especialmente para aquellos jóvenes que comienzan a mostrar signos de malestar emocional.

El papel del sedentarismo en la salud emocional

Contrario a lo que se podría pensar, el tiempo sedentario no mostró una relación significativa con los síntomas de depresión en ninguna etapa del desarrollo. Esto sugiere que simplemente evitar el sedentarismo no es suficiente; lo que realmente importa es la calidad y la intensidad de la actividad física realizada.

Esto invita a repensar el concepto de sedentarismo. Pasar mucho tiempo sentado no implica necesariamente la ausencia de actividad física. Aquellos momentos de actividad, no solo los descansos, son cruciales para marcar la diferencia en la salud emocional de los adolescentes.

Equidad de género en la actividad física y la salud mental

A pesar de las diferencias de género frecuentemente observadas en la depresión y los hábitos de ejercicio, el estudio no encontró diferencias significativas entre niños y niñas en cuanto a la relación entre actividad física y depresión. Esto implica que el ejercicio puede ser un factor protector eficaz para ambos sexos, permitiendo que las recomendaciones sean aplicables de manera general.

Este hallazgo resalta la importancia de promover el ejercicio como una herramienta universal de prevención, independientemente del género. Las intervenciones deben centrarse en factores como la edad, la motivación y el acceso a actividades, en lugar de en el sexo de los adolescentes.

¡No te lo pierdas! ➡️  ¿Qué es el tórax y cuáles son sus funciones?

Factores que no explican la mejora emocional

Para comprender mejor los mecanismos detrás de la mejora emocional asociada al ejercicio, los investigadores consideraron factores como la autoestima atlética, la imagen corporal y la participación en deportes organizados. Sin embargo, ninguno de estos factores resultó ser un mediador de los efectos positivos observados.

Esto sugiere que los beneficios del ejercicio en la salud mental van más allá de lo social y lo subjetivo. Es posible que el ejercicio esté influyendo en mecanismos neurobiológicos o emocionales profundos, como la regulación del estrés, la liberación de endorfinas o la mejora del sueño, que son vitales para el bienestar emocional.

Un recurso accesible para la prevención de la depresión

Los investigadores enfatizan que, aunque los efectos observados fueron moderados, pueden acumularse con el tiempo y tener un impacto relevante en la salud pública. En un contexto donde la depresión juvenil está en aumento, incluso un cambio pequeño en la actividad física puede resultar valioso.

Fomentar el movimiento a partir de los 14 años, sin necesidad de estructuras deportivas complejas, puede ser una forma simple y efectiva de proteger la salud mental de los jóvenes. Si bien el ejercicio no sustituye a la terapia u otros enfoques clínicos, podría convertirse en un recurso clave en la prevención de la depresión, especialmente si se integra en las rutinas escolares, familiares y comunitarias.

La importancia del movimiento en la adolescencia

Este estudio longitudinal resalta que el ejercicio protege contra la depresión en la adolescencia, evidenciando su papel como una estrategia de intervención crucial. No se trata únicamente de evitar el sedentarismo, sino de moverse intencionadamente, de manera regular y con cierta intensidad.

Además de la actividad física, otros pilares del bienestar emocional incluyen dormir bien, mantener una alimentación saludable y cultivar relaciones sociales. Este estudio reafirma que el movimiento es otro de esos pilares, y su inclusión en la vida cotidiana de los adolescentes debe ser considerada una necesidad real para su bienestar presente y futuro.

Referencias

  • Steinsbekk S, Skoog J, Wichstrøm L. Symptoms of depression, physical activity, and sedentary time: Within-person relations from age 6 to 18 in a birth cohort. J Am Acad Child Adolesc Psychiatry. (2025). doi:10.1016/j.jaac.2025.03.018

Si quieres conocer otros artículos parecidos a Ejercicio en la adolescencia reduce riesgo de depresión, estudio 12 años puedes visitar la categoría Salud.

Te puede interesar...