En la era digital actual, el uso de dispositivos electrónicos se ha incrementado notablemente, especialmente entre los adolescentes. Sin embargo, este fenómeno plantea serias preguntas sobre las consecuencias que puede tener en su salud emocional y física. Un reciente estudio sueco revela que el tiempo frente a las pantallas no solo interfiere con el sueño, sino que también incrementa el riesgo de depresión en chicas jóvenes. A continuación, exploraremos las implicaciones de esta investigación y ofreceremos recomendaciones para un uso más saludable de la tecnología.
Impacto del tiempo frente a pantallas en la salud mental
Un estudio longitudinal llevado a cabo por el Centro Nacional para la Prevención del Suicidio del Instituto Karolinska en Suecia ha puesto de manifiesto la relación entre el uso de pantallas y la salud mental de adolescentes de 12 a 16 años. Publicada en abril de 2025 en la revista PLOS Global Public Health, esta investigación destaca que el uso recreativo de pantallas, especialmente más de tres horas diarias, está correlacionado con un aumento de síntomas depresivos en este grupo etario.
El estudio analizó a 4.810 adolescentes sanos de escuelas públicas en Estocolmo durante un año. Los investigadores examinaron cómo el tiempo de pantalla se relaciona con diversos indicadores de sueño y el desarrollo de síntomas depresivos. Este enfoque integral permite un entendimiento más matizado de cómo las pantallas afectan la vida cotidiana de los jóvenes.
Sueño deteriorado y salud emocional comprometida
Los resultados del estudio revelaron que el uso recreativo de pantallas afecta diversos aspectos del sueño en las adolescentes. Esto se traduce en un deterioro significativo de la calidad del sueño, que a su vez está relacionado con el aumento de síntomas depresivos. En particular, se identificaron varios factores que median esta relación:
- Deterioro de la calidad del sueño: Explicó un 57% del efecto del tiempo frente a pantallas sobre los síntomas depresivos.
- Alteración de ritmos circadianos: La desregulación del cronotipo tuvo un impacto del 45% en el desarrollo de síntomas depresivos.
- Reducción de la duración del sueño: Este factor contribuyó en un 38% a los síntomas depresivos observados.
Los varones, aunque también mostraron un patrón de deterioro del sueño, no evidenciaron el mismo aumento en síntomas depresivos. Los autores del estudio sugieren que en los chicos, las consecuencias podrían manifestarse a través de síntomas externalizantes como la impulsividad o problemas de atención, lo que requiere un análisis más profundo.
Recomendaciones oficiales: límite de 2–3 horas
Este estudio se enmarca en un contexto de creciente preocupación a nivel global, donde diversos países han tomado medidas para regular el uso de pantallas entre los jóvenes. Por ejemplo, Francia ha prohibido los teléfonos móviles en colegios, mientras que Australia ha establecido restricciones en redes sociales para menores de 16 años. En Suecia, la Agencia de Salud Pública ha emitido recomendaciones que sugieren limitar el tiempo de pantalla a:
- No más de 2 horas diarias para niños de 6 a 12 años.
- No más de 3 horas diarias para adolescentes de 13 a 18 años.
Estas directrices están alineadas con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y reflejan la preocupación de los investigadores por el hecho de que hasta un 80% de los adolescentes en algunas regiones superan estos límites. En el estudio sueco, la mediana de uso recreativo fue de 3 a 4 horas diarias, lo que subraya la importancia de implementar estrategias efectivas para reducir el tiempo frente a pantallas.
Implicaciones para madres y padres
Los hallazgos del estudio resaltan el papel fundamental que tienen los padres en la regulación del uso de tecnología en el hogar. Aunque es cierto que el control parental puede ser limitado en etapas avanzadas de la adolescencia, el comportamiento y las pautas de uso de los adultos influyen considerablemente en los hábitos digitales de los jóvenes. Por ello, se sugiere que los padres:
- Establezcan horarios fijos para el uso de dispositivos y eviten su uso al menos una hora antes de dormir.
- Promuevan actividades alternativas: Fomentar la lectura, la música, y juegos no digitales para diversificar el tiempo libre.
- Estén atentos a señales de deterioro: Identificar cambios en el sueño o el estado de ánimo y buscar ayuda si es necesario.
- Implementen límites coherentes: Dialogar con los adolescentes para establecer acuerdos sobre el uso de tecnología, como el aparcamiento de móviles al ingresar a casa.
Reducir el tiempo en pantallas no solo contribuye a mejorar la calidad del sueño, sino que también puede ser una estrategia significativa para proteger la salud emocional de las adolescentes.
Referencias
- Hökby, S., Westerlund, J., Olsson, G., Lager, A., Jonsson, U., Broman, J.E., & Ramklint, M. (2025). Adolescents’ screen time displaces multiple sleep pathways and elevates depressive symptoms over twelve months. PLOS Global Public Health, 5(4). DOI: 10.1371/journal.pgph.0004262
La creciente preocupación por el impacto del uso excesivo de pantallas en la salud mental de los adolescentes ha llevado a la comunidad científica y a las instituciones a investigar más a fondo esta problemática. Es vital que tanto padres como educadores se mantengan informados y adopten medidas que promuevan un uso responsable y equilibrado de la tecnología.
Para profundizar en este tema, puedes ver el siguiente vídeo que analiza cómo el uso de pantallas está relacionado con el insomnio y otros problemas de salud mental en adolescentes:
Si quieres conocer otros artículos parecidos a El impacto de las pantallas en el sueño y la depresión en adolescentes puedes visitar la categoría Salud.