Desde el momento en que un bebé llega al mundo, los padres suelen maravillarse con su capacidad para observar y aprender sin necesidad de palabras. Sin embargo, lo que muchos no saben es que, incluso antes de que estos pequeños pronuncien su primera palabra, ya están llevando a cabo procesos mentales complejos. Un reciente estudio ha arrojado luz sobre esta fascinante realidad, sugiriendo que los bebés, a tan solo 10 meses, poseen habilidades cognitivas que les permiten combinar ideas y anticipar resultados, redefiniendo así nuestra comprensión sobre el desarrollo del lenguaje y la cognición en la primera infancia.
Este descubrimiento no solo es revolucionario desde un punto de vista académico, sino que también tiene implicaciones significativas para la crianza y la educación de los más pequeños. A continuación, exploraremos los hallazgos del estudio y discutiremos su relevancia en el contexto de la psicología infantil y el desarrollo del lenguaje.
¿Qué es la composicionalidad y por qué importa en bebés?
La composicionalidad se refiere a la capacidad de combinar elementos simples para formar representaciones más complejas, un aspecto fundamental del pensamiento humano. Por ejemplo, al escuchar la frase “no quiero el oso”, somos capaces de descomponerla en sus componentes para comprender su significado. Esta habilidad ha sido históricamente considerada como un resultado del desarrollo del lenguaje, pero investigaciones recientes sugieren que los bebés pueden poseer esta capacidad mucho antes de adquirir habilidades lingüísticas.
Los investigadores han encontrado que los bebés pueden empezar a manifestar esta habilidad a partir de los 10 meses. Esto implica que el pensamiento composicional no es exclusivo del lenguaje verbal, sino que puede estar presente desde etapas muy tempranas del desarrollo cognitivo. Esta habilidad temprana tiene un impacto significativo en cómo comprendemos el desarrollo del lenguaje y el pensamiento abstracto en la infancia.
Los experimentos que cambian nuestra visión sobre cómo razonan los bebés antes de hablar
Para examinar cómo los bebés manejan conceptos complejos, los investigadores llevaron a cabo tres experimentos distintos. Cada uno se centraba en una habilidad particular relacionada con la composicionalidad y se realizó con bebés de entre 10 y 14 meses. Estos experimentos revelaron que los bebés no solo responden a estímulos; están activamente procesando información y anticipando resultados. A continuación, se presentan los experimentos que redefinieron nuestra comprensión sobre la cognición infantil:
Primer experimento: combinar lenguaje y objetos
En este primer estudio, se investigó si los bebés de 14 meses podían comprender declaraciones verbales como “quiero el conejo” o “no quiero el perro”. Los investigadores mostraron videos en los que una actriz hablaba mientras interactuaba con diferentes objetos. Lo interesante fue que los bebés miraban más tiempo cuando la elección de la actriz no coincidía con lo que ella había dicho.
Aquí, los bebés demostraron que podían entender tanto el significado de las palabras individuales como su combinación. Esto sugiere que desde una edad muy temprana, los bebés tienen una comprensión rudimentaria de la correlación entre las palabras y los objetos.
Segundo experimento: ¿pueden los bebés entender un “no” sin palabras?
En el segundo abordaje, los investigadores eliminaron el lenguaje oral y utilizaron expresiones faciales para comunicar intenciones. Se les mostró a bebés de 12 meses una actriz que, en lugar de verbalizar una negativa, expresaba desaprobación facial hacia un objeto. Este experimento reveló que los bebés también podían interpretar señales no verbales.
Los bebés mostraron más interés cuando la actriz hacía una mueca de desaprobación hacia un objeto y luego lo elegía. Este hallazgo indica que los bebés pueden asociar gestos faciales con significados y establecer expectativas sobre el comportamiento futuro, demostrando que la capacidad de entender la negación va más allá del lenguaje verbal.
Tercer experimento: lógica y física a los 10 meses
El último experimento se centró en la comprensión de transformaciones físicas. Se presentó a bebés de 10 meses una escena en la que una pelota rodaba detrás de una pantalla, a la que se añadían objetos. Luego, al retirar la pantalla, se mostraba una escena que podía o no concordar con lo que debería haber sucedido.
Los resultados mostraron que los bebés miraban más tiempo ante escenas que no concordaban con la secuencia lógica esperada, lo que sugiere que son capaces de aplicar funciones mentales para anticipar resultados físicos. Este hallazgo es crucial porque indica que la capacidad de razonar no se limita al lenguaje, sino que puede surgir en contextos puramente físicos.
¿Qué nos dicen estos resultados sobre la mente infantil?
Los resultados de estos experimentos sugieren que, incluso antes de desarrollar habilidades lingüísticas, los bebés están equipados con herramientas cognitivas que les permiten comprender el mundo que les rodea. La capacidad de combinar representaciones mentales de manera flexible apunta a un tipo de razonamiento abstracto que se desarrolla de forma temprana.
Los investigadores destacan que la habilidad de aplicar funciones mentales en secuencia es una indicativa de cómo se desarrollará el lenguaje más adelante. Este conocimiento puede permitir a los bebés construir significados incluso antes de que empiecen a hablar, ofreciendo un contexto más amplio sobre la evolución del lenguaje y la cognición.
Una nueva perspectiva sobre cómo piensan los bebés
Este estudio desafía muchas creencias anteriores sobre la capacidad cognitiva de los bebés. A menudo se pensaba que los bebés eran receptores pasivos de estímulos, pero ahora podemos ver que están activamente procesando y anticipando el comportamiento de su entorno. Los bebés son pensadores activos que empiezan a formar representaciones del mundo a su alrededor desde una edad muy temprana.
La metodología de estos estudios también es digna de mención, ya que se diseñaron para evitar confusiones comunes en la investigación del desarrollo infantil, como confundir la atención con la comprensión. Los autores advierten que, aunque no se puede afirmar que los bebés dominen la lógica adulta, sí están mostrando signos claros de un pensamiento más sofisticado de lo que se había asumido previamente.
Para aquellos interesados en profundizar más sobre el tema, aquí hay un video relacionado que analiza la obra de Mikhail Bakhtin, un filósofo importante que influyó en la comprensión del lenguaje y la comunicación:
Estos hallazgos abren nuevas preguntas sobre las capacidades cognitivas de los bebés y ofrecen un campo fértil para futuras investigaciones sobre el desarrollo del lenguaje y la cognición en la infancia. Como sociedad, es fundamental que reconozcamos la complejidad del pensamiento en los más pequeños y ajustemos nuestras expectativas y enfoques en la crianza y la educación para fomentar su desarrollo integral.
Si quieres conocer otros artículos parecidos a El pensamiento filosófico de tu bebé antes de hablar puedes visitar la categoría Cuidado y desarrollo del bebé.
