Embriones frescos o congelados para mujeres con baja reserva ovárica

La elección entre la transferencia de embriones frescos y congelados ha sido un tema de debate en la comunidad médica, especialmente en el contexto de la fertilidad. Un reciente ensayo clínico ha arrojado luz sobre esta cuestión, desafiando la noción de que la congelación total de embriones es siempre la mejor opción. A continuación, exploramos los hallazgos de esta investigación y sus implicaciones para las mujeres con baja reserva ovárica.

Índice de contenidos
  1. La práctica de congelación de embriones: ¿es la mejor opción?
  2. Detalles del estudio: 838 mujeres y sus tratamientos
  3. Resultados impactantes: el éxito de los embriones frescos
  4. Implicaciones clínicas: un nuevo enfoque para mujeres con bajo pronóstico
  5. Hacia una medicina más personalizada en tratamientos de fertilidad
  6. Referencias

La práctica de congelación de embriones: ¿es la mejor opción?

La congelación de todos los embriones antes de su transferencia se ha convertido en un estándar en los tratamientos de fertilización in vitro (FIV). Esta estrategia busca minimizar ciertos riesgos, como la hiperestimulación ovárica, y permite una mejor planificación del ciclo de tratamiento.

No obstante, esta técnica ha mostrado resultados principalmente positivos en mujeres con un buen pronóstico reproductivo. La eficacia de la congelación en mujeres con baja respuesta ovárica ha sido menos clara, generando incertidumbre sobre su impacto en los resultados de la fertilización.

Para abordar esta cuestión, un equipo de investigadores llevó a cabo un ensayo clínico en nueve centros de fertilidad en China, centrándose en la efectividad de la transferencia de embriones frescos versus congelados en mujeres con bajo pronóstico.

Detalles del estudio: 838 mujeres y sus tratamientos

El estudio involucró a 838 mujeres clasificadas con bajo pronóstico, basándose en criterios como la recuperación de nueve o menos ovocitos o niveles bajos de hormona antimülleriana (AMH). Estas mujeres fueron divididas aleatoriamente en dos grupos: uno recibió embriones congelados y el otro, embriones frescos.

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La edad promedio de las participantes fue de 33,5 años, y el seguimiento se realizó durante un año tras la asignación a cada grupo. El objetivo principal del estudio fue evaluar la tasa de nacidos vivos tras la primera transferencia de embriones.

Además de la tasa de nacidos vivos, se analizaron otros factores como:

  • Embarazo clínico
  • Nacidos vivos acumulados
  • Peso al nacer
  • Complicaciones materno-fetales

Resultados impactantes: el éxito de los embriones frescos

Los resultados fueron sorprendentes: las tasas de nacidos vivos fueron superiores en el grupo de transferencia de embriones frescos, alcanzando un 40% en comparación con un 32% en el grupo de embriones congelados. Esta diferencia no solo fue notable, sino también estadísticamente significativa.

El análisis reveló que:

  • La tasa de embarazo clínico fue del 47% en el grupo de embriones frescos frente al 39% en el grupo de embriones congelados.
  • Las tasas de pérdida gestacional fueron menores en el grupo de frescos (23%) en comparación con el grupo congelado (31%).
  • En un seguimiento de un año, la tasa acumulada de nacidos vivos fue del 51% para los embriones frescos, frente al 44% para los congelados.

Sin embargo, no se encontraron diferencias significativas en complicaciones obstétricas, neonatalidad o peso al nacer entre ambos grupos, lo que sugiere que la transferencia de embriones frescos no aumenta el riesgo perinatal.

Implicaciones clínicas: un nuevo enfoque para mujeres con bajo pronóstico

Los resultados del estudio sugieren que la estrategia de "freeze-all" no debería aplicarse de manera rutinaria en mujeres con bajo pronóstico en tratamientos de fertilidad. La transferencia de embriones frescos parece ser más beneficiosa, mejorando las tasas de nacimientos vivos sin incrementar los riesgos asociados.

Esto plantea interrogantes sobre otras prácticas comunes, como la acumulación de embriones congelados antes de una primera transferencia, que podría no ofrecer beneficios claros para estas pacientes. Los investigadores proponen que se realicen nuevos estudios para determinar:

  • El número óptimo de embriones a transferir.
  • La etapa de desarrollo ideal de los embriones en estos casos.

Un editorial vinculado a la investigación también sugiere que los beneficios de técnicas más complejas deben ser evaluados frente a los riesgos y costos que implican.

Hacia una medicina más personalizada en tratamientos de fertilidad

Este ensayo clínico proporciona evidencias que respaldan la necesidad de personalizar el tratamiento de FIV según el perfil de cada paciente. Lo que es beneficioso para mujeres con un buen pronóstico no necesariamente se traduce en resultados positivos para quienes tienen menor probabilidad de éxito.

Evitar la aplicación indiscriminada de la congelación de embriones podría mejorar notablemente las tasas de éxito en uno de los grupos más sensibles dentro de la reproducción asistida. Como siempre, la toma de decisiones clínicas debe estar guiada por la personalización y la evidencia disponible.

Para aquellos interesados en profundizar más sobre este tema, se puede consultar el siguiente video que discute la transferencia de embriones frescos versus congelados:

Referencias

  • Wei D, Sun Y, Zhao H, et al. Frozen versus fresh embryo transfer in women with low prognosis for in vitro fertilisation treatment: pragmatic, multicentre, randomised controlled trial. BMJ. (2025). doi: 10.1136/bmj-2024-081474

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