Errores comunes de padres en congestión infantil según pediatra

La congestión nasal en los niños es un problema común que puede causar preocupación entre los padres. La jefa de pediatría de un reconocido hospital ha compartido los errores más frecuentes que cometemos al tratar de aliviar este malestar en nuestros pequeños. Conocer estos errores puede hacer la diferencia en la salud y bienestar de nuestros hijos.

Índice de contenidos
  1. La congestión nasal y su prevalencia en niños
  2. Errores más comunes ante la congestión nasal
  3. Lo que sí podemos hacer para aliviar la congestión
  4. ¿Cómo cuidar a los bebés congestionados?
  5. ¿Por qué mi bebé se congestiona en las noches?
  6. Consultas a los pediatras: ¿Cuándo es necesario?
  7. Consejos adicionales para prevenir la congestión nasal

La congestión nasal y su prevalencia en niños

La congestión nasal es uno de los síntomas más comunes que enfrentan los niños, especialmente durante los meses de invierno, cuando los resfriados y las infecciones virales son más frecuentes. En estos días, es normal que muchos niños presenten nariz tapada debido a un repunte de infecciones respiratorias que se ha intensificado desde las festividades navideñas.

Este fenómeno ocurre porque los resfriados comunes y las infecciones virales leves suelen provocar congestión, que puede durar de 7 a 10 días. Durante este tiempo, los mocos que producen pueden variar en textura y color, pasando de ser claros y líquidos a más espeso y de un tono amarillo o verde a medida que la infección avanza.

Es crucial prestar atención a los síntomas que acompañan a la congestión nasal. Si la congestión persiste por más de 10 días, o si aparecen síntomas como fiebre alta, tos persistente o dolor de oídos, es fundamental consultar a un pediatra. Un diagnóstico temprano puede prevenir complicaciones, como infecciones secundarias.

Errores más comunes ante la congestión nasal

Uno de los errores más frecuentes que cometen los padres es la automedicación. Administrar antibióticos sin la prescripción de un médico, o exceder la dosis recomendada de medicamentos antipiréticos, puede ser perjudicial. En el caso de los niños menores de 6 años, los medicamentos "anticatarrales" como descongestivos o mucolíticos, no son recomendables, ya que pueden tener efectos adversos graves, especialmente en niños menores de 2 años.

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Además, es importante no abrigar en exceso a los niños cuando presentan fiebre. Esto puede dificultar la regulación adecuada de su temperatura corporal y agravar su malestar. En su lugar, es mejor mantener un ambiente fresco y cómodo.

Lo que sí podemos hacer para aliviar la congestión

La congestión nasal puede ser frustrante, pero existen formas efectivas de ayudar a nuestros hijos a sentirse mejor. La doctora María Luisa López Gómez sugiere algunas recomendaciones clave:

  • Lavados nasales con solución salina: Estos ayudan a limpiar las fosas nasales y facilitan la respiración. Sin embargo, deben usarse con moderación y con suavidad.
  • Uso de humidificadores: Mantener el aire húmedo en la habitación del niño puede ayudar a eliminar la mucosidad.
  • Hidratación adecuada: Asegurarse de que el niño esté bien hidratado es esencial. Las bebidas tibias, como caldos, son especialmente efectivas.
  • Posición para dormir: Elevar el cabecero de la cama puede facilitar la respiración durante la noche.
  • Alimentación adecuada: Ofrecer tomas más pequeñas y frecuentes puede ayudar a un niño muy pequeño a evitar la fatiga por la congestión.

Si la congestión nasal persiste por más de 10 días, o si el niño presenta síntomas preocupantes como fiebre alta o dificultades respiratorias, es crucial consultar al pediatra para una evaluación adecuada.

¿Cómo cuidar a los bebés congestionados?

Los bebés son especialmente vulnerables a la congestión nasal. Cuando un bebé está congestionado, puede ser complicado para ellos alimentarse y descansar adecuadamente. Por lo tanto, es importante observar la situación con atención.

Una recomendación clave es mantener el ambiente del bebé libre de irritantes, como humo de tabaco o polvo. Además, el uso de humidificadores puede ayudar a mantener el aire fresco y húmedo, lo que facilita la respiración. También se pueden realizar lavados nasales con solución salina, pero siempre con cuidado y siguiendo las indicaciones del pediatra.

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¿Por qué mi bebé se congestiona en las noches?

La congestión en los bebés a menudo se vuelve más notable por la noche. Esto puede ser debido a varias razones:

  • La posición horizontal al dormir puede dificultar la respiración.
  • El aire seco en la habitación puede agravar la congestión.
  • La acumulación de moco puede ser más evidente al estar en reposo.

Para mitigar este problema, es útil elevar ligeramente la cabeza del bebé mientras duerme y asegurarse de que la habitación esté bien ventilada y humidificada.

Consultas a los pediatras: ¿Cuándo es necesario?

Es fundamental saber cuándo acudir al médico. Si bien la congestión nasal es común, hay señales que indican la necesidad de una consulta médica:

  • Si la congestión persiste más de 10 días.
  • Si el niño presenta fiebre alta o dolor intenso.
  • Si hay signos de dificultad respiratoria o respiración acelerada.
  • Si el niño muestra irritabilidad extrema o falta de apetito.

Ante cualquier duda, es mejor errar en el lado de la precaución y consultar a un pediatra. La salud de nuestros hijos es lo más importante.

Para profundizar en el tema, te invitamos a ver el siguiente video, donde se abordan los problemas respiratorios en niños y lo que cada padre debe saber al respecto:

Consejos adicionales para prevenir la congestión nasal

Además de los cuidados mencionados, hay algunas medidas preventivas que pueden ayudar a reducir la incidencia de la congestión nasal en los niños:

  • Vacunación: Mantener al día el calendario de vacunas puede prevenir enfermedades que causan congestión.
  • Higiene: Enseñar a los niños a lavarse las manos frecuentemente puede reducir la transmisión de virus.
  • Evitar el contacto con enfermos: Limitar la exposición a personas que estén resfriadas o con infecciones respiratorias.

Implementar estas estrategias no solo ayudará a reducir la congestión nasal en nuestros hijos, sino que también contribuirá a su salud general y bienestar.

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