Estudio revela que evitar la mirada no es exclusivo del autismo

La comprensión del autismo ha evolucionado considerablemente a lo largo de las décadas. Sin embargo, persisten mitos y creencias que pueden desinformar a padres y profesionales. Un estudio reciente ha aportado nuevas perspectivas sobre el contacto visual en los niños autistas, sugiriendo que es hora de replantear lo que conocemos sobre este trastorno y cómo se diagnostica.

¿Qué ocurre cuando un niño evita el contacto visual? Durante mucho tiempo, esta ha sido una señal alarmante para muchos padres, quienes suelen buscar ayuda clínica ante el temor de que sus hijos puedan estar dentro del espectro autista. Sin embargo, un nuevo estudio sugiere que esta suposición podría no ser tan sencilla como parece. A continuación, exploraremos los hallazgos que están desafiando las creencias tradicionales sobre el autismo.

Índice de contenidos
  1. Rompiendo esquemas clásicos sobre la mirada en el autismo
  2. Una nueva forma de observar: inteligencia artificial y juego libre
  3. Lo que esto cambia para padres, docentes y profesionales
  4. Repensando lo que creemos saber sobre el autismo
  5. Referencias

Rompiendo esquemas clásicos sobre la mirada en el autismo

La asociación entre el contacto visual y el autismo ha sido un pilar en la comprensión de este trastorno desde que el psiquiatra Leo Kanner lo definió en 1943. Kanner describió a los niños autistas como aquellos que no buscaban la mirada de los adultos, dejando una huella indeleble en el diagnóstico del TEA. Sin embargo, el reciente estudio de Lu Qu y Qiaoyun Liu pone en tela de juicio esta creencia profundamente arraigada.

Los investigadores observaron que durante el juego, tanto los niños autistas como aquellos con desarrollo típico o retrasos del desarrollo dedicaron un porcentaje similar de tiempo a mirar los juguetes, dejando el contacto visual con los adultos en cifras sorprendentemente bajas. En su análisis:

  • Los niños miraron a los juguetes entre un 60% y un 80% del tiempo.
  • El contacto visual con los adultos se redujo a un 6% a 14% del tiempo total.

Estos hallazgos sugieren que el contacto visual como indicador diagnóstico es, en el mejor de los casos, insuficiente. Según los autores, es esencial reconsiderar las intervenciones que se centran exclusivamente en este aspecto. La realidad de los niños durante el juego muestra que hay múltiples formas de interacción y comunicación que no dependen del contacto visual.

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Una nueva forma de observar: inteligencia artificial y juego libre

Una de las innovaciones clave del estudio de Qu y Liu es la metodología utilizada, que incluye herramientas de inteligencia artificial para el análisis del comportamiento infantil. En lugar de evaluar a los niños en entornos clínicos, donde pueden sentirse presionados o incómodos, los investigadores los observaron en contextos naturales de juego. Esto permitió una captura más auténtica de sus interacciones y comportamientos.

Utilizando sensores para registrar movimientos, vocalizaciones y direcciones de la mirada, los investigadores lograron:

  • Eliminar sesgos asociados con entornos clínicos artificiales.
  • Identificar formas auténticas de comunicación no verbal, como gestos y posiciones corporales.
  • Observar cómo los niños seguían las acciones y expresiones de los adultos, incluso sin mirarles a los ojos.

Este enfoque destaca la importancia de la atención conjunta, que es fundamental para el desarrollo social. Los resultados sugieren que el contacto visual no es la única forma de establecer conexiones sociales significativas. La atención puede ser compartida de otras maneras, evidenciando la necesidad de un cambio de paradigma en cómo observamos y diagnosticamos el autismo.

Lo que esto cambia para padres, docentes y profesionales

Los hallazgos del estudio tienen profundas implicaciones para la forma en que se aborda el autismo en contextos clínicos y educativos. Tradicionalmente, muchos enfoques terapéuticos han priorizado el contacto visual a través de ejercicios que exhortan a los niños a mantener la mirada durante las interacciones. Sin embargo, si esta práctica no es universal en la comunicación infantil, es crucial cuestionar su efectividad.

Los autores del estudio sugieren explorar alternativas que se enfoquen en:

  • Gestos naturales y expresiones del cuerpo.
  • La disposición de objetos durante el juego.
  • Formas de comunicación no verbal más allá del contacto visual.
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Esto no solo podría ser más eficaz, sino también menos invasivo y más respetuoso con la diversidad de cada niño. Además, al redefinir las expectativas sobre el contacto visual, se puede aliviar el estigma y las preocupaciones que muchos padres enfrentan cuando sus hijos no cumplen con estas normas sociales.

Repensando lo que creemos saber sobre el autismo

Este estudio no busca negar las dificultades que pueden presentar los niños autistas, sino más bien invita a un entendimiento más amplio y matizado de sus comportamientos. La idea de que "el niño que no mira a los ojos tiene autismo" es reduccionista y puede ser incorrecta. Las diferencias en el comportamiento social deben ser analizadas con un enfoque más empático y menos centrado en estándares que a menudo son arbitrarios.

Los investigadores concluyen que, en la era de la inteligencia artificial, es fundamental actualizar continuamente nuestra comprensión de los síntomas del autismo. Las herramientas tecnológicas, en lugar de ser vistas con desconfianza, pueden ser aliadas valiosas para observar sin invadir la privacidad del niño. Este enfoque podría allanar el camino hacia diagnósticos más precisos y tratamientos más eficaces, además de un trato más justo hacia la diversidad en la comunicación infantil.

Para muchas familias, estos hallazgos pueden ofrecer un respiro: la oportunidad de dejar de centrarse en lo que se ve externamente y comenzar a enfocarse en lo que realmente importa, como la intención, la atención compartida y los gestos. Una nueva forma de observar puede también traducirse en una nueva manera de comprender y valorar la diversidad en el desarrollo infantil.

Referencias

  • Lu Qu y Qiaoyun Liu. Is a Child Who Doesn’t Look at People Always Autistic?—A Closer Look at Joint Attention. ECNU Review of Education. DOI: 10.1177/20965311251319050.

Para profundizar en este tema, puedes ver el siguiente video que explora más sobre la relación entre el contacto visual y el autismo:

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