En una era en la que la tecnología se ha integrado profundamente en nuestras vidas, el impacto del tiempo que pasamos frente a las pantallas es motivo de creciente preocupación, especialmente entre los adolescentes. Un nuevo estudio revela cómo esta interacción digital puede tener consecuencias significativas en la salud mental y el desarrollo cerebral de los jóvenes. La clave de este fenómeno radica en un componente esencial del cerebro: la sustancia blanca. A medida que profundizamos en este tema, exploraremos los efectos del uso excesivo de pantallas y cómo podemos intervenir de manera efectiva desde la crianza.
Una hora más de pantallas al día puede ser suficiente
El estudio, divulgado el 23 de junio de 2025, fue liderado por el Dr. João Paulo Lima Santos y su equipo en la Universidad de Pittsburgh. Utilizando datos del Adolescent Brain Cognitive Development Study (ABCD), que es el mayor seguimiento longitudinal sobre neurodesarrollo en niños en Estados Unidos, se analizaron las implicaciones del tiempo de pantalla en la salud mental de los adolescentes.
Los investigadores se centraron en 976 participantes sanos con edades entre 9 y 10 años (infancia tardía) y los evaluaron nuevamente entre los 11 y 13 años (adolescencia temprana). Para ello, recogieron datos sobre:
- Tiempo de pantalla diario, usando cuestionarios validados.
- Duración del sueño, a través del Cuestionario de Cronotipo de Múnich.
- Síntomas depresivos, según la Child Behavior Checklist.
- Imágenes de resonancia magnética, para evaluar la organización de la sustancia blanca en tractos específicos que regulan las emociones.
Los resultados indicaron que cada hora adicional diaria frente a pantallas a los 9-10 años se correlacionaba con un aumento en los síntomas depresivos dos años después. Específicamente, un sueño más corto y una peor organización del haz cingulado, que está relacionado con la regulación emocional, explicaban el 36,4% de esta asociación.
¿Qué es la sustancia blanca del cerebro?
La sustancia blanca del cerebro es fundamental para las funciones cognitivas, ya que está compuesta por fibras nerviosas (axones) cubiertas de mielina que conectan diferentes áreas cerebrales, facilitando la comunicación interna. Mientras que la sustancia gris se encarga del procesamiento de información, la sustancia blanca actúa como una red que permite la rápida transmisión de señales entre neuronas.
Durante la adolescencia, esta estructura sigue en desarrollo y refinamiento. Investigaciones en neuroimagen han demostrado que la organización de la sustancia blanca está estrechamente vinculada a diversas funciones cognitivas, así como a la regulación emocional y la salud mental. En el estudio mencionado, se observaron alteraciones en tres tractos de sustancia blanca clave que están asociados con la depresión: el haz cingulado, el fórceps menor y el fascículo uncinado.
Estas alteraciones pueden afectar la forma en que se procesan las emociones, cómo se responde al estrés y cómo se conectan pensamientos y acciones. Así, el impacto del uso excesivo de pantallas no solo se reduce a problemas de atención o cansancio, sino que tiene implicaciones profundas en el desarrollo estructural del cerebro.
¿Cómo puede afectar el uso excesivo de pantallas a nuestro cerebro?
El uso excesivo de pantallas por parte de los adolescentes puede traer consigo una serie de consecuencias negativas. Además de los síntomas depresivos ya mencionados, se pueden observar otros efectos adversos, tales como:
- Aumento de la ansiedad: La exposición prolongada a las redes sociales puede exacerbar sentimientos de inseguridad y comparación.
- Dificultades en la concentración: La multitarea digital puede dificultar la capacidad de concentración y el rendimiento académico.
- Alteraciones en el sueño: La luz azul emitida por los dispositivos puede interferir con la producción de melatonina, afectando la calidad del sueño.
- Problemas de interacción social: La comunicación virtual puede desplazar las interacciones cara a cara, afectando el desarrollo de habilidades sociales.
¿Cómo afecta la tecnología al cerebro de los adolescentes?
La adolescencia es un período crítico para el desarrollo cerebral y emocional. La creciente dependencia de la tecnología en este momento puede interferir en procesos fundamentales como la regulación emocional y la toma de decisiones. Los cambios estructurales en la sustancia blanca pueden influir en cómo los adolescentes gestionan sus emociones y se relacionan con su entorno.
Investigaciones han demostrado que el acceso constante a la tecnología puede llevar a una sobrecarga sensorial que, a su vez, afecta el desarrollo de la resiliencia emocional. La forma en que los adolescentes interactúan con la tecnología puede convertirse en un factor determinante en su bienestar emocional a largo plazo.
Se puede intervenir positivamente desde la crianza
Este estudio revela una cadena de efectos que pueden ser interrumpidos a través de intervenciones adecuadas en el entorno familiar. La clave se encuentra en el sueño, un comportamiento que puede y debe ser modificado. La investigación indica que el uso excesivo de pantallas afecta negativamente el sueño, lo que a su vez impacta en la salud mental de los adolescentes. Por lo tanto, es crucial fomentar hábitos de sueño saludables y responsables.
Las estrategias para acompañar a los adolescentes en su relación con las pantallas pueden incluir:
- Establecer límites de tiempo: Definir un tiempo razonable para el uso de dispositivos puede ayudar a prevenir la sobreexposición.
- Promover actividades offline: Fomentar hobbies que no involucren pantallas, como el deporte o la lectura, puede ser beneficioso.
- Evitar pantallas antes de dormir: Limitar el uso de dispositivos por lo menos una hora antes de dormir puede mejorar la calidad del sueño.
- Dar ejemplo: Los adultos deben modelar un uso saludable de la tecnología y demostrar hábitos positivos.
Implementar estas estrategias no solo ayudará a los adolescentes a gestionar su tiempo frente a las pantallas, sino que también contribuirá a su salud emocional y bienestar general.
Para aquellos preocupados por el uso excesivo de pantallas durante las vacaciones de verano, se pueden encontrar consejos útiles de expertos de la Universidad de Harvard que sugieren formas de disfrutar del tiempo libre sin depender de la tecnología.
Referencias
- João Paulo Lima Santos, Adriane M. Soehner, Candice L. Biernesser, Cecile D. Ladouceur, Amelia Versace. Role of Sleep and White Matter in the Link Between Screen Time and Depression in Childhood and Early Adolescence. JAMA Pediatrics, 2025. DOI: 10.1001/jamapediatrics.2025.1718
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