Pablo Sánchez Bergasa es un ingeniero español cuya labor ha impactado la vida de miles de bebés prematuros en todo el mundo. Su dedicación y compromiso han dado lugar a innovadoras incubadoras que, por su bajo costo, ofrecen una solución vital en contextos donde los recursos son limitados.
A través de su trabajo, ha demostrado que es posible combinar la tecnología con la empatía, creando herramientas que salvan vidas y transforman la atención neonatal en países en desarrollo. En este artículo, exploraremos su inspiradora historia, la importancia de su labor y el futuro de la atención neonatal a nivel global.
La chispa que encendió la innovación
La motivación de Pablo por la salud neonatal surgió en 2017, cuando a sus 24 años, se encontró con un proyecto innovador que transformaría su carrera. Descubrió una incubadora de bajo coste diseñada por el ingeniero biomédico Alejandro Escario, que se había iniciado en 2015. Este proyecto enfrentaba graves desafíos y estaba en peligro de desaparecer.
Con el tiempo, esta iniciativa se convirtió en la ONG “Medicina Abierta al Mundo”, cuya misión es fabricar y distribuir la In3bator, una incubadora neonatal asequible y de código abierto.
Pablo se involucró en la revitalización de este proyecto, contando con el apoyo de su familia. Juntos fundaron la ONG y comenzaron a trabajar en la producción de estas incubadoras, que han llegado a hospitales de más de 30 países.
La importancia de las incubadoras de bajo coste
La falta de acceso a incubadoras adecuadas es una de las principales causas de mortalidad neonatal en países en desarrollo. Cada año, aproximadamente un millón y medio de bebés prematuros mueren por esta razón. En muchos casos, la alternativa es crear soluciones improvisadas, como colocar a los bebés en cajas de zapatos o calabazas vacías.
La In3bator ha cambiado este panorama, proporcionando un entorno controlado para el cuidado de los recién nacidos. Desde su creación, se han distribuido más de 200 unidades a hospitales en diversas regiones, incluyendo:
- África subsahariana
- Latinoamérica
- Ucrania
- Nepal
Un ejemplo conmovedor es el caso de Zoe, un bebé camerunés que nació con solo 500 gramos y logró sobrevivir gracias a una de estas incubadoras, simbolizando la esperanza en situaciones críticas.
Un diseño accesible y funcional
La clave del éxito de la In3bator radica en su diseño asequible y funcional. Mientras que las incubadoras convencionales pueden costar hasta 35.000 euros, la In3bator se fabrica por aproximadamente 350 euros, lo que la hace accesible para muchas instituciones médicas en áreas desfavorecidas.
Este costo reducido es posible gracias a:
- Materiales más sencillos y económicos.
- Colaboraciones con centros educativos en España, donde estudiantes de Formación Profesional participan en el ensamblaje.
- El modelo de código abierto, que permite a cualquier interesado replicar y mantener la incubadora.
Además, la In3bator cuenta con funciones esenciales, como:
- Regulación de temperatura.
- Control de humedad.
- Sistema de fototerapia, crucial para tratar problemas de bilirrubina en bebés prematuros.
Pensar en global, actuar en local
A pesar de los logros, Pablo es consciente de que aún queda mucho por hacer. La demanda de incubadoras en zonas desfavorecidas sigue siendo alta y la organización enfrenta desafíos logísticos y financieros para ampliar su alcance. Regiones como Palestina presentan obstáculos adicionales debido a las restricciones en la ayuda humanitaria.
Pese a estos retos, el equipo de Medicina Abierta al Mundo, compuesto por voluntarios comprometidos, sigue explorando nuevas ideas, como el desarrollo de respiradores y dispositivos para la iluminación pulmonar en neonatos.
Pablo ha expresado su preocupación por situaciones críticas, como la de los bebés en Gaza, donde las condiciones mínimas para la supervivencia no se cumplen. Sus esfuerzos por enviar ayuda a estas regiones han sido obstaculizados por bloqueos en la ayuda humanitaria.
La labor de Pablo no ha pasado desapercibida. En febrero de 2025, recibió el Premio Princesa de Girona Social, en reconocimiento a su trabajo e impacto social. Este galardón valora su capacidad para utilizar la innovación al servicio de la humanidad, inspirando a otros a seguir su ejemplo.
Durante la entrega del premio, Pablo instó a la juventud a soñar en grande y a perseguir sus metas con determinación. Su historia es un recordatorio de que los sueños pueden transformarse en realidades que cambian vidas.
La innovación social que representa la In3bator es un modelo a seguir para otros emprendedores e innovadores. La capacidad de combinar tecnología y compromiso social puede ser la clave para abordar problemas globales complejos.
El impacto de su labor en la comunidad
El trabajo de Pablo y su equipo ha tenido un impacto significativo no solo en la vida de los bebés, sino también en la comunidad más amplia. La colaboración con escuelas y centros educativos ha fomentado una cultura de responsabilidad social entre los jóvenes, enseñándoles la importancia de utilizar sus habilidades para el bien común.
Además, la distribución de la In3bator ha mejorado los estándares de atención neonatal en hospitales de países en desarrollo, permitiendo que más bebés tengan una oportunidad de sobrevivir y prosperar.
La concienciación sobre la salud neonatal y la importancia de la atención adecuada ha crecido, lo que ha llevado a más personas a involucrarse en iniciativas similares. Este efecto multiplicador es esencial para abordar desafíos globales en salud y bienestar.
Para conocer más sobre la inspiradora historia de Pablo Sánchez y su labor con la In3bator, puedes ver este vídeo:
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