La atención de los niños es un tema complejo y fascinante que ha capturado la atención de investigadores y padres por igual. ¿Es realmente posible que la atención no sea un estado continuo, sino un fenómeno cíclico? Un reciente estudio en neurociencia cognitiva ofrece nuevas perspectivas sobre cómo los niños perciben su entorno y cómo esto puede influir en su comportamiento en casa y en el aula. A continuación, exploraremos cómo funciona la atención en los niños y qué implicaciones tiene para su desarrollo y aprendizaje.
- El cerebro no enfoca como una linterna encendida, sino como una que parpadea
- Atención en competencia: cuando el cerebro tiene que elegir
- El muestreo atencional también ocurre sin que nos demos cuenta
- No se trata de entrenar la atención como si fuera un láser
- La neurociencia también da pistas para el diseño de entornos y tecnologías
- ¿Qué hace un niño para captar la atención?
- ¿Cómo afecta la falta de atención de los padres al desarrollo de sus hijos?
- ¿Qué puedo hacer si mi hijo no presta atención en clase?
- Referencias
El cerebro no enfoca como una linterna encendida, sino como una que parpadea
El estudio realizado por Ayelet N. Landau, Daniele Re y Flor Kusnir revela que la atención no es un estado fijo, sino que se organiza en ciclos rítmicos. Esto significa que el cerebro de un niño alterna entre momentos de atención y breves intervalos de distracción. Esta fluctuación ocurre a un ritmo de aproximadamente 8 Hz cuando se enfoca en un solo objeto, y 4 Hz cuando se atienden múltiples objetos.
La razón detrás de esta alternancia está relacionada con una limitación natural del cerebro humano: no es capaz de procesar toda la información sensorial al mismo tiempo. En lugar de ello, alterna el foco de atención entre los distintos estímulos que compiten por su interés, ya sea al observar dos objetos diferentes o al concentrarse en varias características de un mismo objeto.
Atención en competencia: cuando el cerebro tiene que elegir
En situaciones con múltiples estímulos, diferentes grupos de neuronas se activan para procesar la información. Sin embargo, estas poblaciones neuronales compiten entre sí por recursos limitados. La teoría de la competencia sesgada sugiere que el cerebro resuelve esta competencia al decidir a cuál de estos estímulos prestar más atención en un momento determinado.
Lo interesante de este estudio es que propone que esta selección no es un proceso constante, sino alternante y rítmico. En lugar de elegir un único estímulo y suprimir otros, el cerebro se mueve entre ellos, incluso sin que la persona sea consciente de ello. Esto se ha demostrado en experimentos donde se presentan diferentes imágenes a cada ojo, mostrando que la atención puede alternar sin que el observador lo note.
El muestreo atencional también ocurre sin que nos demos cuenta
Uno de los hallazgos más sorprendentes del estudio es que este ritmo de alternancia en la atención no requiere esfuerzo consciente. Los investigadores afirman que este ritmo persiste incluso cuando la atención no está comprometida de forma consciente, lo que significa que, aunque un niño parezca estar completamente enfocado, su cerebro podría estar cambiando de foco varias veces por segundo.
Este descubrimiento tiene profundas implicaciones para entender el comportamiento infantil. A menudo, la aparente falta de atención de los niños se atribuye a la pereza, el desinterés o incluso a desórdenes del desarrollo. Sin embargo, podría tratarse de una forma natural de funcionamiento cerebral, donde la atención rítmica es una estrategia eficiente de selección y no un defecto de carácter.
Cuando hay sobrecarga, el cerebro reparte turnos
El concepto de "muestreo atencional" se relaciona con la idea de que el cerebro está constantemente intentando resolver la sobrecarga de información. Como no puede procesar todo a la vez, establece una alternancia entre estímulos relevantes. En situaciones donde hay múltiples objetos o tareas a las que prestar atención, el ritmo del muestreo se puede dividir, por ejemplo, de 8 a 4 veces por segundo.
Esto sugiere que cuando un niño parece "distraído", en realidad, puede estar simplemente cambiando el foco en un ciclo natural, tratando de abarcar distintos elementos de su entorno. En un aula, esto podría significar que está alternando su atención entre el maestro, el cuaderno y un compañero, mientras que en casa, podría estar considerando la tarea, el perro y el sonido de la televisión.
No se trata de entrenar la atención como si fuera un láser
Durante mucho tiempo, se ha promovido la idea de que mejorar la atención consiste en convertirla en algo continuo y fijo, similar a un haz de luz que se mantiene sobre un objetivo. Sin embargo, la ciencia está demostrando que esto no refleja cómo funciona realmente el cerebro humano. Forzar a un niño a mantener la atención constante puede ser contraproducente si no se comprende esta naturaleza cíclica.
En lugar de intentar forzar un enfoque continuo, podría ser más eficaz organizar el entorno y las tareas teniendo en cuenta estos ritmos. Algunas estrategias incluyen:
- Permitir pausas breves para descansar la mente.
- Alternar actividades para mantener el interés.
- Reducir la cantidad de estímulos simultáneos en el entorno.
Estas medidas pueden ayudar a acompañar el funcionamiento natural de la atención infantil, en lugar de luchar contra él.
La neurociencia también da pistas para el diseño de entornos y tecnologías
Aunque este estudio se centra en la atención visual, sus implicaciones son mucho más amplias. Según los autores, esto podría ser un principio general para la atención en todos los sistemas sensoriales. Lo que aprendemos sobre cómo alternamos la atención podría aplicarse también a cómo escuchamos, tocamos e incluso sentimos.
Estas ideas pueden influir en el diseño de aulas, interfaces tecnológicas, materiales educativos y terapias neuropsicológicas. Comprender los ritmos naturales del cerebro podría ayudarnos a apoyar mejor el aprendizaje y el bienestar tanto de niños como de adultos.
¿Qué hace un niño para captar la atención?
Los niños utilizan una variedad de estrategias para captar la atención de los adultos. Algunas de estas incluyen:
- Hacer preguntas inesperadas.
- Interrumpir con comentarios humorísticos.
- Utilizar gestos o movimientos llamativos.
Estas tácticas son reflejos de su deseo de conectarse y ser vistos, lo cual es esencial para su desarrollo emocional y social.
¿Cómo afecta la falta de atención de los padres al desarrollo de sus hijos?
La atención de los padres es crucial en el desarrollo infantil. La falta de atención puede llevar a:
- Problemas de autoestima.
- Dificultades en el aprendizaje.
- Aumento de la ansiedad y el estrés.
Los niños que sienten que no reciben la atención suficiente pueden desarrollar comportamientos disruptivos como una forma de llamar la atención.
¿Qué puedo hacer si mi hijo no presta atención en clase?
Si notas que tu hijo tiene dificultades para concentrarse en clase, considera las siguientes estrategias:
- Habla con el maestro para entender mejor la situación.
- Establece rutinas diarias que incluyan tiempo para tareas y descanso.
- Fomenta actividades al aire libre que estimulen la atención.
Recuerda que, en muchos casos, la falta de atención puede ser simplemente parte del ciclo natural del desarrollo infantil.
A medida que exploramos estos temas, se hace evidente que entender el funcionamiento de la atención en los niños puede cambiar drásticamente cómo abordamos su educación y bienestar. Las implicaciones de esta investigación son prometedoras y pueden transformar tanto la crianza como la enseñanza.
Referencias
- Daniele Re, Flor Kusnir, Ayelet N. Landau. Attentional sampling resolves competition along the visual hierarchy. Trends in Cognitive Sciences, Volume 29, Issue 7, July 2025, Pages 543–555. https://doi.org/10.1016/j.tics.2025.06.004.
Si quieres conocer otros artículos parecidos a La atención de tus hijos funciona en ciclos por descubrir puedes visitar la categoría Cuidado y desarrollo del bebé.
