La planificación familiar es un proceso lleno de emociones y expectativas, pero hay factores que a menudo se pasan por alto. Uno de ellos es la obesidad, que puede tener un impacto silencioso y significativo en la fertilidad. La Dra. Mara Cerqueiro nos ofrece una perspectiva clara y basada en la evidencia sobre cómo abordar este tema sin culpa y con la información necesaria para tomar decisiones saludables.
Hay que reconocer que el camino hacia la paternidad o maternidad no solo implica aspectos como la edad y los niveles hormonales; también hay condicionantes menos visibles, pero de gran importancia, como es el caso de la obesidad. Este artículo se adentra en cómo la obesidad influye en la fertilidad y qué pasos se pueden seguir para mejorar las posibilidades de concebir.
- ¿Por qué la obesidad se considera un “enemigo silencioso” en la planificación familiar?
- Pasos prácticos para quienes desean formar una familia y tienen obesidad o sobrepeso
- No siempre estar delgado significa estar saludable
- La importancia de la nutrición en la preservación de la fertilidad a temprana edad
- Impacto de un cambio en el estilo de vida y la nutrición
- Influencia de la obesidad en los tratamientos de reproducción asistida
- Influencia del estrés, el descanso y la salud emocional en la fertilidad
- Mensaje clave para quienes sueñan con ser padres
¿Por qué la obesidad se considera un “enemigo silencioso” en la planificación familiar?
La obesidad se califica como un enemigo silencioso en la planificación familiar, ya que sus efectos en la fertilidad no siempre son evidentes a primera vista. No se habla con suficiente frecuencia de cómo el peso corporal y la salud metabólica pueden influir en la capacidad de concebir. Altera el equilibrio hormonal, lo que puede dificultar la ovulación, reducir la calidad de los ovocitos y el semen, y afectar la implantación embrionaria.
Este tema sigue siendo poco visible en las consultas médicas y en la conversación pública, posiblemente debido al estigma asociado a la obesidad. A menudo, las parejas buscan explicaciones más complejas para sus dificultades para concebir, sin considerar que un desbalance metabólico puede ser la raíz del problema.
Es importante resaltar que, aunque la obesidad no impide completamente la concepción en todos los casos, su impacto como factor de riesgo es significativo y debe ser visibilizado. Comenzar un embarazo con un peso saludable no solo mejora las posibilidades de concepción, sino que también reduce los riesgos para la madre y el bebé.
Pasos prácticos para quienes desean formar una familia y tienen obesidad o sobrepeso
Para aquellas personas que buscan mejorar su fertilidad y tienen obesidad o sobrepeso, aquí hay algunos pasos prácticos que pueden seguir:
- Consulta médica: Realizar una valoración médica para identificar cualquier factor de riesgo relacionado con el peso o alteraciones metabólicas.
- Alimentación equilibrada: Adoptar una dieta variada que incluya proteínas magras, frutas, verduras y grasas saludables, limitando azúcares añadidos y alimentos ultraprocesados.
- Ejercicio regular: Mantener una rutina de actividad física, con al menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana, incluyendo ejercicios de fuerza.
- Manejo del estrés: Priorizar el bienestar emocional, ya que el estrés puede afectar la fertilidad en ambos sexos.
- Actuar tempranamente: Comenzar un programa de pérdida de peso lo antes posible, ya que una reducción del 5-10% puede mejorar significativamente las tasas de embarazo.
- Buscar ayuda profesional: No dudar en consultar a un especialista en fertilidad si las dificultades para concebir persisten tras 6-12 meses.
No siempre estar delgado significa estar saludable
Un índice de masa corporal (IMC) dentro del rango normal no es un indicador absoluto de salud metabólica. Existen personas con peso normal que pueden sufrir de condiciones como resistencia a la insulina o desequilibrios hormonales que igualmente afectan la fertilidad. Es esencial realizar una evaluación médica completa, que contemple no solo el peso, sino también otros parámetros clínicos y bioquímicos.
La importancia de la nutrición en la preservación de la fertilidad a temprana edad
Idealmente, la vigilancia de la nutrición debe comenzar en la adolescencia. Estudios han demostrado que la obesidad en esta etapa duplica el riesgo de infertilidad en la edad adulta. Por tanto, la prevención desde la juventud es fundamental. Sin embargo, nunca es tarde para empezar a cuidar la salud metabólica, y cualquier esfuerzo realizado en este sentido será beneficioso para la fertilidad futura.
Impacto de un cambio en el estilo de vida y la nutrición
Los beneficios de realizar un cambio en el estilo de vida son significativos. Una pérdida moderada de peso puede:
- Restaurar ciclos menstruales regulares.
- Mejorar la calidad de los ovocitos y del semen.
- Aumentar las tasas de concepción tanto natural como asistida.
- Reducir complicaciones durante el embarazo, como diabetes gestacional y preeclampsia.
Estos cambios no solo benefician a los futuros padres, sino que también son una inversión en la salud del bebé.
Influencia de la obesidad en los tratamientos de reproducción asistida
La obesidad puede afectar negativamente el éxito de los tratamientos de reproducción asistida. Las mujeres con sobrepeso suelen requerir dosis más altas de medicación hormonal y presentan tasas más bajas de ovocitos recuperados y calidad embrionaria. Reducir el peso antes de iniciar un tratamiento puede mejorar significativamente los resultados, incluyendo mayor tasa de recién nacidos vivos.
Influencia del estrés, el descanso y la salud emocional en la fertilidad
El estrés y la falta de descanso juegan un papel crucial en la fertilidad. El eje hipotálamo-hipófiso-gonadal, que regula la función reproductiva, es muy sensible al estrés y a patrones de sueño inadecuados. Niveles elevados de cortisol y alteraciones en los ritmos circadianos pueden afectar tanto la ovulación como la producción de esperma. Por ello, es fundamental abordar el bienestar emocional como parte de un enfoque integral a la fertilidad.
Mensaje clave para quienes sueñan con ser padres
El peso no debe ser visto como una carga o una fuente de culpa, sino como una oportunidad para cuidar de la salud. Mejorar la fertilidad a través de hábitos saludables es una invitación al autocuidado. Formar una familia implica cuidar de la salud metabólica antes de la concepción, y esto es un acto de amor hacia uno mismo y hacia el futuro hijo. Busquen orientación profesional y recuerden que pequeños cambios pueden generar un gran impacto en su fertilidad y bienestar.
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