Por qué a algunos niños les cuesta cambiar de actividad

¿Alguna vez te has preguntado por qué a algunos niños les cuesta tanto cambiar de actividad? Desde dejar el parque para ir a casa hasta pasar de jugar a hacer tareas, estos cambios pueden resultar un verdadero desafío. En este artículo, exploraremos las razones detrás de estas dificultades y ofreceremos estrategias que pueden facilitar la transición.

Índice de contenidos
  1. ¿Qué es una transición y qué pasa durante su cabeza?
  2. La disposición “lenta para animarse”
  3. ¿Y si el problema no es solo obedecer, sino cambiar?
  4. Las transiciones que sí funcionan: algunas ideas
  5. Cómo solucionar problemas de concentración en niños
  6. Actividades para trabajar la concentración en niños
  7. ¿Por qué es difícil el cambio para los niños?
  8. ¿Los niños se adaptan mejor al cambio?

¿Qué es una transición y qué pasa durante su cabeza?

La idea de una transición se refiere al proceso de cambiar de una actividad a otra. Para muchos adultos, esto puede parecer un movimiento natural, casi automático. Sin embargo, para los niños, particularmente los más pequeños, este cambio puede ser abrumador. Cuando un niño está inmerso en un juego, dejarlo repentinamente puede sentirse como un desarraigo emocional.

El cerebro infantil está en constante desarrollo. A diferencia de los adultos, que pueden manejar un horario estructurado con facilidad, los niños están aprendiendo a regular sus emociones y a conectar la intención con la acción. Por lo tanto, un simple aviso de “¡es hora de irnos!” puede sentirse como una interrupción brusca de su mundo.

Las transiciones no solo son difíciles por el cambio de actividad; también están relacionadas con factores como el cansancio, la hambre o la sobreestimulación. El niño vive en el presente, y lo que está haciendo en ese momento es su única realidad. Por eso, un cambio inesperado puede provocar frustración y resistencia, manifestándose en formas como el clásico “¡ahora no!”

La disposición “lenta para animarse”

Ciertos niños presentan un temperamento conocido como “lento para animarse”. Este rasgo implica que necesitan más tiempo para adaptarse a los cambios. Por ejemplo, si están profundamente concentrados en un juego, pueden sentirse ansiosos al tener que dejarlo por otra actividad.

No se trata de testarudez o rebeldía. Su forma de manejar las transiciones es simplemente diferente, y requieren más tiempo para procesar el cambio. Necesitan entender el nuevo contexto y sentirse seguros antes de avanzar.

¡No te lo pierdas! ➡️  Dormir al bebé con ruido blanco es peligroso según la ciencia

¿Y si el problema no es solo obedecer, sino cambiar?

Muchos comportamientos desafiantes que los padres y educadores interpretan como desobediencia en realidad provienen de la dificultad para dejar una actividad y comenzar otra. En niños con condiciones como TDAH, ansiedad o autismo, esta dificultad tiende a intensificarse, pero también puede presentarse en cualquier niño que no ha aprendido a manejar el cambio.

Identificar que la resistencia no siempre es una cuestión de desobediencia puede ser un primer paso crucial. En lugar de simplemente insistir en que el niño haga lo que se le pide, es esencial ayudarlo a comprender y facilitar la transición.

Las transiciones que sí funcionan: algunas ideas

Existen diversas estrategias que pueden ayudar a los niños a manejar las transiciones de manera más efectiva. A continuación, se presentan algunas recomendaciones prácticas:

  • Implementar rutinas: Tener un horario predecible proporciona seguridad. Realizar las mismas acciones en el mismo orden ayuda a los niños a anticipar el siguiente paso.
  • Usar cuentas regresivas: Informar al niño con tiempo sobre el cambio y utilizar una cuenta regresiva, como “En 10 minutos nos vamos”, permite que se prepare mentalmente.
  • Incorporar música: Las canciones pueden hacer que los cambios sean más divertidos. Por ejemplo, usar la misma melodía para distintas actividades puede facilitar la transición.
  • Conectar emocionalmente: Antes de redirigir a un niño, asegúrate de captar su atención. Bajar a su nivel y mirarle a los ojos puede hacer que se sienta más comprendido.
  • Visuales y cronómetros: Utilizar pictogramas o cronómetros puede ser útil para algunos niños. También puedes plantearles pequeños desafíos relacionados con el cambio.
  • Validar sus sentimientos: Frases como “Entiendo que te cuesta dejar el juego, pero podemos volver a jugar mañana” pueden ayudar a que se sienta comprendido.

Además, cambios significativos en la vida de un niño, como mudanzas o cambios de escuela, son transiciones importantes. Es fundamental explicar estas situaciones con claridad y permitirles tomar pequeñas decisiones para mantener cierta estabilidad en su rutina.

Cómo solucionar problemas de concentración en niños

La dificultad para concentrarse puede estar relacionada con la transición entre actividades. Si un niño está luchando por concentrarse, es importante considerar si se siente abrumado por el cambio. Aquí hay algunas estrategias que puedes implementar:

  • Crear un ambiente propicio: Un espacio de trabajo limpio y libre de distracciones puede facilitar la concentración.
  • Dividir tareas: Descomponer tareas más grandes en pasos más pequeños puede hacer que se sientan más manejables.
  • Incorporar descansos: Permitir breves pausas para que los niños se recarguen puede mejorar su capacidad de concentración.

Actividades para trabajar la concentración en niños

Existen muchas actividades que pueden ayudar a los niños a practicar y mejorar su concentración:

  • Puzzles y rompecabezas: Estas actividades requieren enfoque y pensamiento crítico.
  • Juegos de mesa: Fomentan la atención y el seguimiento de reglas.
  • Lectura de cuentos: Este tiempo de calidad no solo mejora la concentración, sino que también promueve la imaginación.

¿Por qué es difícil el cambio para los niños?

El cambio puede ser particularmente difícil para los niños debido a varias razones. En primer lugar, muchos niños tienen una baja tolerancia a la frustración, lo que puede hacer que situaciones nuevas les resulten abrumadoras. Además, los niños suelen tener una visión más rígida de su entorno, lo que dificulta la flexibilidad ante nuevas circunstancias.

La transición requiere no solo la capacidad de adaptarse, sino también de entender el contexto del cambio. A medida que los niños crecen, comienzan a desarrollar esta habilidad, pero puede llevar tiempo y práctica.

¿Los niños se adaptan mejor al cambio?

La capacidad de adaptación varía entre los niños. Algunos pueden ser naturalmente más flexibles que otros. Factores como el entorno familiar, la educación y las experiencias previas juegan un papel fundamental en esta habilidad. Por ejemplo, los niños que están expuestos a diversas situaciones y cambios desde una edad temprana suelen adaptarse más fácilmente.

Sin embargo, es esencial recordar que cada niño tiene su propio ritmo y estilo de adaptación. Fomentar un ambiente seguro y de apoyo puede facilitar mucho este proceso.

Por último, es importante tener en cuenta que los adultos también enfrentan transiciones y cambios en sus vidas. La paciencia y la comprensión son clave tanto para los padres como para los educadores al guiar a los niños a través de estos momentos de cambio.

Si quieres conocer otros artículos parecidos a Por qué a algunos niños les cuesta cambiar de actividad puedes visitar la categoría Cuidado y desarrollo del bebé.

Te puede interesar...