El asma infantil es un tema que preocupa a muchos padres, ya que puede afectar la calidad de vida de los niños. Comprender mejor esta enfermedad, sus síntomas, factores de riesgo y las estrategias para su manejo es fundamental para asegurar un desarrollo saludable y activo. A continuación, exploraremos en profundidad este trastorno respiratorio, brindando información valiosa para ayudar a los padres a cuidar de sus hijos.
- ¿Qué es el asma?
- Más frecuente en niños
- ¿Qué factores de riesgo existen?
- ¿Cómo saber si le cuesta respirar?
- ¿Cómo se diagnostica el asma?
- Si mi hijo tiene bronquiolitis, ¿será asmático en el futuro?
- ¿Cómo se usan los inhaladores?
- Mejorar su calidad de vida
- Puede y debe hacer deporte
- ¿Deben llevar mascarilla?
¿Qué es el asma?
El asma es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias que provoca una hiperreactividad bronquial, lo que conlleva una obstrucción variable del flujo de aire. Esta condición se manifiesta a través de varios síntomas como tos, sibilancias (o pitos), dificultad para respirar y opresión en el pecho.
El asma puede clasificarse en distintos fenotipos, cada uno con características específicas pero con síntomas similares. Estos pueden aparecer de forma repentina o progresiva, y es común que se agraven durante la noche o en situaciones de ejercicio físico.
Los desencadenantes del asma pueden incluir:
- Infecciones virales
- Alergenos (polen, moho, ácaros del polvo)
- Humo del tabaco
- Ejercicio intenso
- Emociones fuertes (risa, llanto)
Más frecuente en niños
El asma es una de las enfermedades crónicas más comunes en la infancia, afectando aproximadamente al 10% de los niños en España. Es particularmente prevalente entre los varones durante la niñez, aunque las diferencias de género tienden a desaparecer en la adolescencia.
Diagnosticar el asma en los primeros años de vida puede ser complicado. Esto se debe a que muchos de los síntomas, como la tos y las sibilancias, son comunes en bebés y niños pequeños, independientemente de que padezcan asma. Además, la imposibilidad de realizar pruebas de función pulmonar en estas edades hace que el diagnóstico sea más desafiante.
¿Qué factores de riesgo existen?
Los factores de riesgo para desarrollar asma pueden clasificarse en perinatales y ambientales:
- Factores perinatales: Prematuridad, nacimiento por cesárea y falta de lactancia materna.
- Factores ambientales: Exposición a aeroalérgenos, contaminación del aire, infecciones respiratorias y exposición al tabaco.
La presencia de atopia (tendencia a desarrollar alergias) es el factor de riesgo más significativo para el desarrollo de asma. Otros factores a considerar incluyen la gravedad y frecuencia de los episodios asmáticos, el sexo masculino y antecedentes de bronquiolitis grave.
¿Cómo saber si le cuesta respirar?
Es crucial estar atentos a ciertos síntomas que pueden indicar que un niño tiene dificultades para respirar. Estos incluyen:
- Escuchar pitos o sibilancias al respirar.
- Dificultad respiratoria y tos seca.
- También es importante observar si el niño presenta tos nocturna o dificultad para respirar en ciertas épocas del año.
- En bebés, se deben vigilar signos como la respiración abdominal o el hundimiento del pecho.
¿Cómo se diagnostica el asma?
El diagnóstico de asma en niños es diferente al de los adultos. En muchos casos, los niños con asma pueden mostrar una función pulmonar normal, lo que dificulta su diagnóstico. Sin embargo, a partir de los 3 años, es posible realizar pruebas de función pulmonar, y a partir de los 5 años, el diagnóstico se asemeja al de los adultos.
Para clasificar el tipo de asma, se realizan estudios alergológicos, que incluyen:
- Pruebas cutáneas para detectar alergias.
- Determinación de inmunoglobulina E específica en suero.
Si mi hijo tiene bronquiolitis, ¿será asmático en el futuro?
La bronquiolitis, una infección respiratoria común en niños pequeños, puede predisponer a algunos a desarrollar asma más adelante. Sin embargo, no todos los niños que sufren bronquiolitis desarrollarán asma. Es importante observar la evolución de los síntomas y mantener un seguimiento médico adecuado.
Los desencadenantes de una crisis asmática pueden incluir:
- Alergenos específicos (pólenes, ácaros).
- Infecciones respiratorias.
- Factores ambientales como el frío o la contaminación.
¿Cómo se usan los inhaladores?
La administración de medicamentos para el asma se realiza principalmente a través de inhaladores, que son la forma más efectiva de entregar la medicación directamente a los pulmones. Para los niños menores de 3-4 años, se recomienda el uso de cámaras espaciadoras con mascarilla. A medida que crecen, pueden comenzar a usar el inhalador sin mascarilla.
Es esencial que los niños aprendan a coordinar la activación del inhalador con su respiración para maximizar la efectividad del tratamiento.
Mejorar su calidad de vida
Manejar adecuadamente el asma es crucial para no afectar la calidad de vida de los niños. Un buen control de los síntomas les permite llevar a cabo sus actividades diarias con normalidad. Es importante que los niños con asma adopten un enfoque proactivo hacia su salud.
Además, se les anima a practicar deportes, lo cual es beneficioso no solo para su condición física, sino también para fortalecer su musculatura respiratoria. Algunos consejos para mejorar su calidad de vida son:
- Mantener un plan de tratamiento elaborado por su pediatra.
- Evitar alérgenos conocidos.
- Fomentar una dieta equilibrada y actividad física regular.
Puede y debe hacer deporte
Los niños asmáticos no solo pueden, sino que deben participar en actividades deportivas. El ejercicio moderado ayuda a mejorar su capacidad pulmonar y a mantener una buena salud general. Sin embargo, algunos deportes pueden ser más desafiantes que otros:
- Deportes de resistencia (fútbol, rugby) pueden desencadenar crisis más fácilmente.
- Deportes con pausas frecuentes (natación, tennis) suelen ser más seguros.
¿Deben llevar mascarilla?
La doctora Cristina Ortega, experta en alergología pediátrica, sugiere que aunque el uso de mascarillas no sea obligatorio, las mascarillas FFP2 son recomendables para niños asmáticos. Estas mascarillas ofrecen una mayor filtración de partículas en el aire, ayudando a reducir la exposición a alérgenos y contaminantes.
Es importante también considerar otras medidas de prevención, como evitar la exposición al polen y otros irritantes ambientales.
Para más información, puedes ver este video que proporciona consejos útiles sobre el manejo del asma en niños:
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