Vivir una vida auténtica y alineada con nuestros valores es uno de los mayores desafíos a los que nos enfrentamos como seres humanos. Conocer nuestra escala de valores puede ser fundamental para tomar decisiones coherentes, construir relaciones significativas y experimentar una mayor satisfacción personal y sentido de propósito. Sin embargo, a menudo nos encontramos luchando por definir cuáles son nuestros valores reales y cómo podemos vivir de acuerdo a ellos. En este artículo, exploraremos cinco estrategias efectivas para conocer nuestra escala de valores y llevar una vida más auténtica.
Autoevaluación reflexiva
La autoevaluación reflexiva es una estrategia poderosa para conocer nuestra escala de valores. Nos permite explorar nuestras creencias, actitudes y experiencias para identificar qué es lo que realmente valoramos en la vida. Para llevar a cabo una autoevaluación, es importante tomarse el tiempo necesario para cuestionar y reflexionar sobre nuestras propias experiencias.
Podemos comenzar por reflexionar sobre las situaciones en las que hemos experimentado una gran satisfacción o insatisfacción, y preguntarnos qué valores estaban en juego en esas ocasiones. Por ejemplo, si nos sentimos incómodos en un entorno laboral que no valora la honestidad, es probable que la honestidad sea un valor importante para nosotros. También podemos considerar qué acciones o comportamientos realizamos de forma natural, sin necesidad de esfuerzo, ya que esto puede ayudarnos a identificar nuestros valores fundamentales.
Además de la reflexión personal, también puede ser útil buscar el apoyo de un terapeuta o coach que nos guíe en este proceso. Ellos pueden hacernos preguntas poderosas que nos ayuden a profundizar en nuestra autoevaluación y descubrir nuestros valores más profundos.
Identificación de modelos a seguir
Una de las mejores maneras de conocer nuestra escala de valores es identificar a aquellos modelos a seguir que admiramos y respetamos. Estas personas pueden ser amigos, familiares, líderes comunitarios o figuras históricas. Observar cómo estas personas viven sus vidas y los valores que parecen orientar sus acciones nos puede brindar pistas importantes sobre nuestros propios valores.
Podemos comenzar por hacer una lista de las personas que más admiramos y luego considerar qué características o valores específicos nos atraen de ellos. Es posible que nos sintamos atraídos por personas que son justas, empáticas, honestas o altruistas, por ejemplo. Al identificar estos valores en los modelos a seguir, podemos comenzar a comprender qué es lo que realmente valoramos en nuestras vidas.
Es importante recordar que no tenemos que adoptar todos los valores de nuestros modelos a seguir, pero sí podemos aprender de ellos y encontrar inspiración en su forma de vida. Esta identificación de modelos a seguir nos puede ayudar a definir y consolidar nuestros propios valores.
Priorización de actividades y tiempo
Otra estrategia esencial para conocer nuestra escala de valores es la priorización de nuestras actividades y nuestro tiempo. Frecuentemente, nuestras acciones y decisiones diarias pueden revelar nuestros verdaderos valores de manera más clara que nuestras palabras o intenciones.
Una forma de hacerlo es tomar conciencia de cómo invertimos nuestro tiempo y energía. Por ejemplo, ¿dedicamos la mayor parte de nuestro tiempo a trabajar, a estar con la familia, a cultivar hobbies o a colaborar con la comunidad? ¿Qué actividades nos llenan de alegría y nos hacen sentir plenos? Estas preguntas nos permiten evaluar cuáles son las áreas de nuestra vida que consideramos más importantes y, por ende, cuáles son nuestros valores fundamentales.
Además, también podemos reflexionar sobre las actividades que hemos dejado de lado o que hemos aplazado constantemente. Si siempre hemos querido aprender a tocar un instrumento musical o a practicar algún deporte, pero nunca hemos encontrado el tiempo para hacerlo, es posible que estos valores estén apagados en nuestra escala de prioridades.
Cuestionamiento profundo
Hacer un cuestionamiento profundo de nuestras creencias, pensamientos y emociones también es una estrategia poderosa para conocer nuestra escala de valores. Frecuentemente, nuestras creencias limitantes o irracionales pueden interferir con nuestra capacidad de honrar nuestros valores verdaderos.
Podemos comenzar por cuestionar las creencias que tenemos sobre nosotros mismos, los demás y el mundo en general. ¿Cuáles son las historias que nos contamos a nosotros mismos que podrían estar interfiriendo con nuestro sentido de valor y propósito? Por ejemplo, si tenemos una creencia arraigada de que el éxito solo se logra a través del trabajo incansable, es posible que estemos descuidando otros valores importantes como el equilibrio, el bienestar y la conexión emocional.
Hacer este cuestionamiento profundo nos permite desafiar y reevaluar nuestras creencias limitantes, para poder vivir de acuerdo a nuestros valores más auténticos y significativos.
Registro escrito de reflexiones
Por último, llevar un registro escrito de nuestras reflexiones y descubrimientos puede ser extremadamente útil para conocer nuestra escala de valores. La escritura nos permite procesar nuestros pensamientos y emociones de una manera más clara y profunda, y nos ayuda a mantener un registro tangible de nuestro proceso de autoexploración.
Podemos llevar un diario en el que escribamos nuestras reflexiones diarias sobre nuestros valores y cómo se manifiestan en nuestras vidas. También podemos escribir cartas a nosotros mismos o llevar un cuaderno de gratitud en el que anotemos las cosas que valoramos y apreciamos en nuestra vida. Este registro escrito nos permite darle forma y estructura a nuestras reflexiones, y nos brinda un recurso tangible al que podemos volver en momentos de duda o confusión.
Además, compartir nuestras reflexiones por escrito con alguien de confianza - ya sea un amigo, un terapeuta o un coach - nos puede brindar una perspectiva externa valiosa y ayudarnos a obtener una comprensión aún más profunda de nuestra escala de valores.
Conclusión
Conocer nuestra escala de valores es fundamental para vivir una vida auténtica y en consonancia con lo que consideramos importante. Utilizando estrategias como la autoevaluación reflexiva, la identificación de modelos a seguir, la priorización de actividades y tiempo, el cuestionamiento profundo y el registro escrito de nuestras reflexiones, podemos descubrir nuestros valores más profundos y vivir una vida más satisfactoria y significativa.
Es importante recordar que conocer nuestros valores no es un proceso estático, sino más bien un proceso continuo de exploración y autoconocimiento. A medida que crecemos y evolucionamos, nuestros valores pueden cambiar, y es fundamental estar abiertos a esta transformación.
Al conocer nuestros valores, podemos tomar decisiones más alineadas con lo que consideramos importante, establecer límites saludables, cultivar relaciones significativas y vivir una vida que refleje nuestra autenticidad y sentido de propósito.
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