¿Qué es la indefensión aprendida y su impacto en la gestión emocional?

La indefensión aprendida es un concepto psicológico que hace referencia a la tendencia de una persona a pensar y actuar de manera pasiva frente a situaciones adversas, ya que ha aprendido que sus acciones no tienen un impacto significativo en el resultado. Es decir, se trata de una creencia arraigada de que no se puede hacer nada para cambiar o mejorar la situación en la que se encuentra. Este fenómeno puede tener un gran impacto en la gestión emocional de las personas, ya que pueden experimentar sentimientos de impotencia, frustración y desesperanza. En este artículo exploraremos en detalle qué es la indefensión aprendida y su impacto en la gestión emocional, así como las estrategias para superarla y la importancia de reconocer la capacidad de decisión personal.

Índice de contenidos
  1. Definición de la indefensión aprendida
  2. Estrategias para superar la indefensión aprendida
  3. Importancia de reconocer la capacidad de decisión personal
  4. La ayuda profesional en el manejo de la indefensión aprendida
  5. Conclusión

Definición de la indefensión aprendida

La indefensión aprendida fue inicialmente descubierta por el psicólogo Martin Seligman a través de un estudio realizado con perros. Durante el experimento, se exponía a los perros a descargas eléctricas inevitables y posteriormente se les daba la oportunidad de escapar de las descargas en una situación similar. Lo sorprendente fue que muchos de los perros que habían sido expuestos a las descargas inevitables previamente no intentaron escapar, a pesar de tener la posibilidad de hacerlo. Esto llevó a Seligman a concluir que estos perros habían aprendido a ser indefensos ya que habían aprendido que sus acciones no influían en el resultado.

Esta misma teoría puede aplicarse a los seres humanos. La indefensión aprendida se da cuando una persona se encuentra en situaciones en las que no puede controlar o cambiar los eventos que le afectan de forma negativa. Esta sensación de impotencia y falta de control puede generar un estado de indefensión, llevando a la persona a creer que no tiene otra opción más que someterse a la situación y no intentar cambiarla.

Factores que pueden contribuir a su desarrollo

Existen diversos factores que pueden contribuir al desarrollo de la indefensión aprendida en las personas. Uno de ellos puede ser la vivencia de eventos traumáticos o situaciones de abuso, en las que la persona se ve sometida a una situación en la cual no puede hacer nada para protegerse o escapar. Esta exposición constante a situaciones de indefensión puede llevar a la persona a aprender que no tiene control sobre lo que le sucede y puede generar una sensación de impotencia y desesperanza.

Otro factor que puede tener un impacto en el desarrollo de la indefensión aprendida es el entorno social en el que se encuentra la persona. Si crece en un entorno en el que se le fomenta la creencia de que es incapaz de cambiar las circunstancias de su vida o que no tiene el poder de tomar decisiones, es más probable que desarrollen una actitud de indefensión aprendida.

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Además, el temperamento y la personalidad de cada individuo también pueden influir en la propensión a experimentar la indefensión aprendida. Por ejemplo, las personas que tienen una baja autoestima o que son más pesimistas tienden a ser más propensas a desarrollar una actitud de indefensión aprendida, ya que tienen una visión negativa sobre su propia capacidad para cambiar su realidad.

Impacto en la gestión emocional

La indefensión aprendida puede tener un impacto significativo en la gestión emocional de una persona. Cuando una persona se siente indefensa e impotente ante determinadas situaciones, es más probable que experimente emociones negativas como la tristeza, el enojo y la frustración. Estas emociones pueden ser intensas y persistentes, ya que la persona siente que no tiene el poder ni la capacidad de cambiar su situación.

Además, la indefensión aprendida puede influir en la forma en que una persona se relaciona consigo misma y con los demás. Puede llevar a una disminución de la autoestima y la autoconfianza, ya que la persona se percibe a sí misma como ineficiente e incapaz de tomar decisiones que le permitan cambiar su realidad. También puede afectar las relaciones interpersonales, ya que la persona puede adoptar una actitud pasiva y resignada, lo que puede generar conflictos y dificultades en las relaciones.

Es importante tener en cuenta que la gestión emocional es fundamental para el bienestar emocional y mental de una persona. Cuando una persona es capaz de reconocer y expresar sus emociones de manera saludable, puede manejar de manera más efectiva las situaciones estresantes y adversas de la vida.

Estrategias para superar la indefensión aprendida

Afortunadamente, la indefensión aprendida no es un estado permanente y existen estrategias y técnicas que pueden ayudar a superarla. A continuación, se presentan algunas sugerencias:

1. Reconocer y aceptar las emociones

El primer paso para superar la indefensión aprendida es reconocer y aceptar las emociones que surgen a raíz de esta situación. Es normal sentir tristeza, frustración y enojo cuando uno se percibe como indefenso y sin control sobre su vida. Permitirse sentir y expresar estas emociones de manera saludable es fundamental para poder iniciar el proceso de cambio.

2. Cambiar la narrativa interna

Una vez que se ha reconocido y aceptado las emociones, es importante trabajar en cambiar la narrativa interna que se tiene sobre la propia situación. En lugar de enfocarse en lo que no se puede controlar, es útil centrarse en las cosas que se pueden cambiar y en las acciones que se pueden tomar para mejorar la situación.

3. Establecer metas alcanzables

El establecimiento de metas alcanzables y realistas puede ser de gran ayuda para superar la indefensión aprendida. Estas metas deben ser realistas y adaptadas a las circunstancias de la persona. Es importante recordar que el objetivo no es cambiar toda la situación en un solo paso, sino ir progresando de manera gradual.

4. Buscar apoyo social

Contar con el apoyo social de familiares, amigos o profesionales de la salud mental puede ser de gran ayuda para superar la indefensión aprendida. Compartir las experiencias y emociones con personas de confianza puede proporcionar un apoyo emocional y ofrecer diferentes perspectivas y consejos para afrontar la situación.

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5. Aprender habilidades de afrontamiento

Aprender y desarrollar habilidades de afrontamiento puede ser de gran ayuda para superar la indefensión aprendida. Estas habilidades pueden incluir técnicas de relajación, la práctica de actividades que generen bienestar emocional como el ejercicio físico o la meditación, técnicas de resolución de problemas, entre otras.

Importancia de reconocer la capacidad de decisión personal

Uno de los aspectos fundamentales para superar la indefensión aprendida es reconocer y tomar conciencia de la capacidad de decisión personal. A pesar de que haya situaciones en las que no se pueda cambiar completamente la realidad, es fundamental reconocer que siempre se tiene el poder de decidir cómo se va a reaccionar ante estas situaciones y qué pasos se pueden tomar para mejorarlas.

Cuando una persona se da cuenta de que tiene opción y poder para tomar decisiones, es más probable que pueda hacer frente a la indefensión aprendida y buscar alternativas para cambiar su realidad. Es importante recordar que incluso las acciones pequeñas pueden tener un impacto significativo en la forma en que se enfrentan los desafíos y se gestiona la propia vida.

La ayuda profesional en el manejo de la indefensión aprendida

En algunos casos, el manejo de la indefensión aprendida puede ser complejo y requerir la ayuda de un profesional de la salud mental. Los psicólogos y terapeutas están capacitados para trabajar con las personas que experimentan este patrón de comportamiento y pueden brindar las herramientas y estrategias necesarias para superarlo.

La terapia cognitivo-conductual, por ejemplo, es una forma de tratamiento que se ha mostrado eficaz en el manejo de la indefensión aprendida. Esta terapia se centra en identificar y cambiar los patrones de pensamiento negativos y las creencias limitantes que contribuyen a la indefensión aprendida, así como en desarrollar habilidades de afrontamiento y promover la toma de decisiones empoderadas.

Es importante recordar que el proceso de superar la indefensión aprendida puede llevar tiempo y esfuerzo. Cada persona es única y el camino para superar esta actitud pasiva puede variar de un individuo a otro. La clave está en reconocer la propia capacidad de decidir y buscar el apoyo profesional cuando sea necesario.

Conclusión

La indefensión aprendida es un patrón de comportamiento en el que una persona se expone repetidamente a situaciones que percibe como incontrolables, lo que puede llevar a adoptar una actitud pasiva y resignada. Este fenómeno puede tener un impacto significativo en la gestión emocional de una persona, generando sentimientos de impotencia y frustración. Sin embargo, existen estrategias y técnicas que pueden ayudar a superar esta actitud de indefensión y promover una mayor capacidad de acción y toma de decisiones. Es importante reconocer la propia capacidad de decisión personal y buscar ayuda profesional si es necesario, para poder gestionar adecuadamente las emociones y enfrentar los desafíos de la vida de manera más eficaz.

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