Riesgos y consejos sobre el consumo de mortadela en el embarazo

Durante el embarazo, las mujeres suelen experimentar antojos por alimentos que disfrutaban previamente. Sin embargo, es esencial evaluar la seguridad de estos alimentos, ya que algunas opciones que antes parecían inofensivas pueden volverse riesgosas en este estado. En este artículo, exploraremos la seguridad de consumir mortadela durante la gestación, apoyándonos en la experiencia de la dietista-nutricionista Mireya García.

Índice de contenidos
  1. Riesgos de consumir embutidos crudos durante el embarazo
  2. Embutidos seguros durante el embarazo
  3. Beneficios y limitaciones del consumo de embutidos cocidos
  4. Consejos para una dieta segura durante el embarazo
  5. Otros alimentos que pueden presentar riesgos para las embarazadas y muchas veces se pasan por alto
  6. Snacks que incluyen mortadela

Riesgos de consumir embutidos crudos durante el embarazo

El embarazo trae consigo una serie de cambios en el organismo, y uno de los más significativos es la modificación del sistema inmunológico. Este se debilita, lo que aumenta la vulnerabilidad de la madre a infecciones. Entre los alimentos a evitar se encuentran los embutidos crudos o semicrudos, tales como el jamón serrano, el chorizo y el salchichón. Estos productos pueden albergar bacterias y parásitos peligrosos, como Listeria monocytogenes y Toxoplasma gondii, que incrementan el riesgo de infecciones severas, como la toxoplasmosis, con potenciales consecuencias graves para el bebé.

Toxoplasmosis y otros riesgos

La toxoplasmosis es una infección parasitaria que se puede contraer al consumir carne cruda o mal cocida. Si una mujer embarazada se infecta, el parásito puede atravesar la placenta y perjudicar al feto, causando desde malformaciones hasta abortos espontáneos. Esta realidad convierte a los embutidos curados, que no han sido sometidos a altas temperaturas, en alimentos que las mujeres gestantes deben evitar rigurosamente.

Mireya García enfatiza que “los embutidos pueden contener patógenos como Listeria, Toxoplasma gondii, Salmonella y Escherichia coli, lo que los convierte en alimentos de alto riesgo para las embarazadas”. Por tanto, es crucial tomar precauciones adicionales durante este periodo. La especialista subraya que “todos los embutidos deben ser consumidos bien cocidos, evitando por completo aquellos que se sirvan crudos o curados”.

Embutidos seguros durante el embarazo

A pesar de los riesgos asociados con los embutidos crudos, hay opciones más seguras durante el embarazo. La mortadela, por ejemplo, es un embutido cocido que, gracias a su proceso de cocción a altas temperaturas, elimina peligrosas bacterias como Listeria monocytogenes. Aun así, Mireya García advierte que "aunque los embutidos cocidos son generalmente más seguros, se han reportado alertas por listeria en productos refrigerados de larga duración".

Es fundamental que las mujeres embarazadas estén bien informadas y tomen decisiones conscientes sobre su alimentación. Según García, "no existe el riesgo cero a menos que se cocine a temperaturas superiores a 71ºC durante al menos dos minutos". Además, se sugiere optar por mortadela envasada al vacío en lugar de la cortada en mostrador, ya que esta última puede ser más susceptible a la contaminación cruzada.

¿Es seguro comer mortadela durante el embarazo?

El consumo de mortadela durante el embarazo puede considerarse seguro en porciones moderadas, dependiendo de las precauciones tomadas. Este embutido, al ser cocido, reduce significativamente el riesgo de toxoplasmosis. No obstante, los peligros de contaminación por Listeria monocytogenes tras el proceso de cocción son reales, y pueden ocurrir en cualquier etapa desde el envasado hasta la distribución del producto.

García destaca que "la listeria es especialmente resistente y puede ser extremadamente peligrosa durante el embarazo", pudiendo causar abortos espontáneos y partos prematuros, lo que reafirma la necesidad de ser cautelosas al seleccionar productos de charcutería.

Por lo tanto, aunque la mortadela es segura si se cumplen las condiciones adecuadas, es crucial elegir productos cocidos y bien envasados. Además, se recomienda evitar la mortadela ahumada o cruda, que no ha recibido el tratamiento térmico necesario, y moderar su consumo debido al contenido de sodio y aditivos, equilibrando así la dieta con opciones más nutritivas.

Cómo almacenar correctamente la mortadela para evitar la contaminación cruzada

El almacenamiento adecuado de la mortadela es esencial para prevenir la contaminación cruzada. Según la Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria, esta contaminación puede ocurrir por contacto directo e indirecto entre alimentos. Para evitarlo, se recomienda seguir estas prácticas:

  • Lavarse las manos regularmente, especialmente después de manipular alimentos crudos.
  • Mantener la mortadela separada de otros alimentos crudos dentro del refrigerador, preferiblemente en recipientes herméticos.
  • Utilizar utensilios diferentes para alimentos crudos y cocidos, y limpiar adecuadamente los que se usen.
  • Utilizar papel de un solo uso en lugar de trapos de cocina, que pueden ser fuentes de contaminación.

Beneficios y limitaciones del consumo de embutidos cocidos

La mortadela tiene un 27% de grasa y alrededor de 300 kcal por cada 100 g, siendo más ligera que otros embutidos como el salchichón. Aunque aporta grasas, la mayoría son insaturadas. En cuanto a su contenido proteico, aporta 14 g por cada 100 g, aunque la calidad de esta proteína depende del colágeno presente en la carne. También es rica en minerales como hierro, magnesio y fósforo, pero su alto contenido en sodio puede ser un inconveniente para quienes deben controlar la sal en su dieta.

Sin embargo, el alto contenido en sodio y grasas saturadas, junto con aditivos como los nitritos, plantea preocupaciones. Esto lleva a reflexionar sobre el consumo de mortadela y otros alimentos procesados durante el embarazo, ya que los embutidos, aunque estén cocidos, suelen contener ingredientes que no son recomendables para un consumo regular durante la gestación.

Recomendaciones de consumo

Aunque la mortadela y otros embutidos cocidos se consideran seguros, es aconsejable no abusar de ellos durante el embarazo. Debido a su contenido en sodio y grasas, lo ideal es limitar su consumo a dos o tres veces por semana. Como indica Mireya García, "siempre es preferible consultar con el médico antes de incluir estos productos de manera regular en la dieta".

Para quienes desean consumir mortadela de forma segura, se aconseja calentar el producto a más de 71ºC durante al menos dos minutos, lo que ayuda a eliminar cualquier bacteria potencial. La Comunidad de Madrid aclara que esta temperatura debe alcanzarse en el centro del producto, asegurándose de que no presente un aspecto rosado al cortarlo.

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Consejos para una dieta segura durante el embarazo

El impacto de la mortadela en el embarazo depende de la cantidad y calidad del producto consumido. Es fundamental optar por embutidos cocidos y envasados, limitando su ingesta a porciones moderadas. Además, el consumo excesivo de sodio puede contribuir a la hipertensión arterial en la madre, lo que aumenta el riesgo de complicaciones como la preeclampsia y la retención de líquidos.

Asimismo, un exceso en la ingesta de grasas saturadas puede incrementar el riesgo de enfermedades cardiovasculares y contribuir a un aumento excesivo de peso. Esto podría aumentar el riesgo de complicaciones, afectando tanto al parto como al bebé. Por lo tanto, es esencial complementar la dieta con alimentos nutritivos, ricos en frutas, verduras, proteínas frescas y carbohidratos integrales.

Qué hacer si accidentalmente consumes un embutido que podría estar contaminado

Desde Cigna Salud, se explican los principales síntomas a los que debemos estar atentas en caso de haber consumido un embutido potencialmente contaminado:

  • Fiebre
  • Dolores musculares
  • Náuseas

Estos síntomas son comunes en intoxicaciones por listeriosis. También es importante tener en cuenta que el período de incubación puede variar entre 1 y 90 días, lo que dificulta identificar el alimento implicado. Por otro lado, en el caso de la toxoplasmosis, a menudo no presenta síntomas o estos son similares a los de una gripe, incluyendo ganglios inflamados o dolores musculares.

Otros alimentos que pueden presentar riesgos para las embarazadas y muchas veces se pasan por alto

Además de los embutidos, hay otros alimentos que las mujeres embarazadas deben evitar. Mireya García nos detalla algunos de los más importantes:

  • Huevos: Deben estar completamente cocidos para evitar el riesgo de infecciones como la salmonelosis.
  • Leche y lácteos: Siempre deben ser pasteurizados para prevenir la Listeria.
  • Pescado: Limitar el consumo de especies con alto contenido en mercurio, como el atún rojo.
  • Infusiones: Algunas infusiones pueden no ser seguras, como la menta-poleo o el romero.
  • Frutas y zumos: Evitar zumos no pasteurizados y frutas ya cortadas que pueden contaminarse.
  • Cerveza sin alcohol y alcohol en la cocina: La cerveza sin alcohol contiene pequeñas cantidades de alcohol, que no son recomendables durante el embarazo.

Estos consejos resaltan la importancia de estar informadas sobre la alimentación en el embarazo y los alimentos que pueden representar un riesgo, incluso aquellos que parecen inofensivos.

Snacks que incluyen mortadela

Antes de disfrutar de cualquier snack que incluya mortadela, es fundamental asegurarse de seguir las recomendaciones de los expertos. Esto incluye verificar que el producto ha sido cocinado a más de 71ºC durante al menos dos minutos y que, al revisarlo, esté bien cocido. A continuación, te presentamos algunas ideas de snacks nutritivos con mortadela:

  • Pinchos de mortadela y verduras: Alterna cubos de mortadela y tomates cherry en un palillo. Ideal como aperitivo fresco.
  • Rollitos de mortadela y hummus: Unta hummus en lonchas de mortadela, asegurándote de calentar la mortadela antes de consumirla.
  • Tostadas con mortadela y aguacate: Unta aguacate fresco en una rebanada de pan integral y coloca encima lonchas de mortadela.

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