Los estereotipos de género son algo que, aunque pueda parecer que surge en la adolescencia, en realidad se forman mucho antes, incluso en la infancia. Un reciente estudio internacional ha expuesto cómo, a tan solo seis años, los niños y las niñas comienzan a internalizar creencias que podrían influir en su desarrollo académico y personal a largo plazo. A medida que exploramos este fenómeno, se hace evidente la importancia de intervenir en esta etapa temprana para fomentar una educación más equitativa en campos como la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM).
La influencia temprana de los estereotipos de género
A los seis años, muchos niños y niñas ya han escuchado o han interiorizado ideas sobre las capacidades de su género. Estas creencias se centran en aspectos como que los chicos son más hábiles con los ordenadores o que las chicas son mejores lectoras. Estas percepciones no son meramente anecdóticas; están presentes en diversas culturas y estratos sociales. El impacto en la educación es notable, ya que los sesgos de género se manifiestan mucho antes de lo que se podría suponer.
Un estudio dirigido por David I. Miller, del American Institutes for Research, ha analizado 98 investigaciones que abarcan más de 145,000 niños de entre 4 y 17 años en 33 países. Este metaanálisis reveló que a los seis años, ya existen diferencias significativas en la percepción que tienen niños y niñas sobre sus capacidades en áreas como la informática y la ingeniería, a menudo antes que en matemáticas. Esta situación es alarmante, ya que los estereotipos no solo aparecen temprano, sino que también son persistentes y tienden a acentuarse a medida que los niños crecen.
Los chicos son mejores en ciencia y tecnología
Publicada en la revista Psychological Bulletin en 2024, esta investigación recopila datos de más de cuatro décadas, desde 1977 hasta 2020. Los resultados son claros y reflejan un panorama en el que la igualdad de género ha tomado un protagonismo creciente en la sociedad y en la educación.
Entre los hallazgos más significativos se encuentran:
- Estereotipos promasculinos claros: Desde los seis años, los niños y niñas creen que los chicos se destacan más en materias STEM.
- Proceso evolutivo en las niñas: Las creencias de superioridad masculina en STEM tienden a impactar cada vez más a medida que las niñas crecen.
- Estereotipos en lectura y escritura: Se identifican patrones profemeninos que emergen con mayor claridad hacia los ocho años.
- Variaciones culturales: En diferentes contextos raciales y culturales, los estereotipos sobre STEM pueden variar significativamente.
El análisis también destaca cómo el entorno escolar, los medios de comunicación y el lenguaje que usan padres y educadores influyen en la formación de estos estereotipos. Es fundamental que se replantee el enfoque sobre el impacto de los sesgos de género en la educación.
Consecuencias para la crianza y la educación
Uno de los aspectos más alarmantes de este estudio es que los estereotipos de género no son una coincidencia, sino el resultado de interacciones complejas entre el desarrollo cognitivo infantil y los mensajes que reciben del entorno. Estos estereotipos comienzan a formarse antes de que los niños comprendan completamente su existencia, ya que, desde una edad temprana, asocian rasgos positivos con su propio género.
Para padres y educadores, este hallazgo subraya la necesidad de tomar medidas proactivas. Considerando que los estereotipos se construyen pronto y son duraderos, las intervenciones deben ser:
- Tempranas: Actuar desde la infancia para contrarrestar estas creencias.
- Conscientes: Estar atentos a los mensajes que se transmiten, incluso sin intención.
- Continuas: Mantener un enfoque constante en la igualdad de género en la educación.
Además, es crucial evitar comentarios que puedan parecer inocentes pero que refuerzan ideas erróneas sobre las capacidades de cada género. Expresiones como “eres muy bueno en mates para ser chica” pueden tener un impacto negativo en la autoconfianza de los niños y niñas.
Fomentar la igualdad desde el hogar
La educación en casa juega un papel fundamental en la lucha contra los sesgos de género en STEM. A continuación, se presentan algunas estrategias para ayudar a romper estos esquemas:
- Ejemplos de éxito: Comentar sobre logros científicos de mujeres, como el descubrimiento de la penicilina por Alexander Fleming, o mencionar autores masculinos de cuentos infantiles.
- Variedad de juguetes: Ofrecer juguetes y actividades que no estén determinados por género, fomentando la creatividad y la curiosidad.
- Refuerzo positivo: Usar frases de aliento que no estén relacionadas con el género, como “eres genial en esto” o “me gusta tu forma de pensar”.
- Cuestionar estereotipos: Aprovechar las películas y libros para discutir de manera crítica los roles de género que presentan.
- Visibilidad de referentes: Hablar de científicas contemporáneas y sus logros, como Margarita Salas o Elena García Armada, para inspirar a los más jóvenes.
Referencias clave sobre estereotipos de género
- David I. Miller, Jillian E. Lauer, Courtney Tanenbaum, Lauren Burr. The Development of Children’s Gender Stereotypes About STEM and Verbal Abilities. Psychological Bulletin, 2024. DOI: 10.1037/bul0000456
Es crucial que, tanto en el ámbito familiar como en el educativo, se trabaje para eliminar estos sesgos de género desde la infancia. Solo así se podrá construir un futuro en el que todas las personas, independientemente de su género, se sientan empoderadas para explorar y desarrollarse en cualquier campo que deseen.
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