En un mundo donde cada vez más padres optan por llevar a sus hijos en coche a todas partes, surge una tendencia que invita a repensar esta dinámica: la velonomía infantil. Este concepto no solo promueve el uso de la bicicleta como medio de transporte, sino que aboga por la autonomía y la libertad de movimiento en la infancia. En este artículo, exploraremos cómo esta nueva filosofía puede cambiar la forma en que criamos a nuestros hijos, fomentando su independencia y desarrollo personal.
La crianza intensiva sobre ruedas
Para muchas familias, el coche ha dejado de ser un simple vehículo de transporte; se ha convertido en una herramienta de crianza. Este fenómeno se observa en la vida diaria, donde llevar a los hijos a sus actividades se traduce en una forma de demostrar amor y responsabilidad. Sin embargo, detrás de esta práctica se esconde una presión social que puede ser abrumadora.
Según un estudio publicado en la revista Mobilities, los autores Jonne Silonsaari, Mikko Simula y Marco te Brömmelstroet analizan cómo los padres construyen sus ideas sobre la movilidad de sus hijos. A través de entrevistas en una comunidad finlandesa, contrastan dos enfoques: el car-parenting, que implica llevar a los niños a todas partes en coche, y la velonomía infantil, que promueve la movilidad autónoma.
Este “trabajo doméstico de movilidad” incluye la planificación de horarios, la preparación de mochilas y la gestión de actividades. Una madre menciona que cada domingo revisa la semana siguiente para organizar todo, reflejando cómo este esfuerzo se considera parte del amor parental. Sin embargo, esto puede llevar a renuncias personales y laborales, donde la identidad parental se define a través del uso intensivo del coche.
Las expectativas de la comunidad en la crianza
La comunidad juega un papel crucial en la forma en que los padres toman decisiones sobre la movilidad de sus hijos. En barrios donde todos llevan a sus hijos en coche, no hacerlo puede percibirse como una rareza. Esta dinámica genera una red de valores compartidos que normaliza la crianza intensiva.
- La presión social puede desalentar la autonomía infantil.
- Al dejar que un niño se mueva solo, puede surgir el miedo a ser juzgado.
- Los padres comparten ideas y estrategias entre ellos, reforzando la norma de la crianza intensiva.
Una madre recuerda con humor su preocupación por dejar que su hijo fuese en bicicleta con amigos, temiendo que la comunidad pudiera cuestionar su decisión. Este tipo de comentarios ponen de manifiesto cómo la percepción del riesgo y la responsabilidad están influenciadas por la opinión de los demás.
La bicicleta como vehículo de libertad
El estudio propone un interesante experimento que busca alternativas para que los niños lleguen a sus actividades en bicicleta. Se llevaron a cabo talleres de reparación, rutas en grupo y sistemas de préstamo de material, con el objetivo de fomentar la movilidad autónoma en un entorno seguro.
Los resultados fueron sorprendentes. Al reducir los trayectos en coche, los niños comenzaron a explorar nuevos lugares, organizar actividades y coordinarse con amigos. Una madre destaca cómo su hijo llegó a recorrer hasta 40 kilómetros en un día, ¡una muestra clara de cómo la bicicleta puede abrir nuevas oportunidades!
En este contexto, la velonomía infantil se manifiesta como un enfoque que combina la bicicleta con la autonomía. Se trata de permitir que los niños se desplacen de manera independiente, contribuyendo a su desarrollo personal y social. Este cambio de mentalidad implica ver la infancia desde la perspectiva de la confianza en lugar del control.
El crecimiento a través del movimiento
La velonomía no se limita a la movilidad física; también abarca aspectos emocionales y sociales. Las tareas de organizar salidas, preparar el equipo y coordinarse con otros niños se convierten en aprendizajes valiosos. Una madre comparte que su hija se sintió orgullosa de asumir la responsabilidad de todo lo relacionado con sus actividades.
Los padres, al observar estos cambios, comienzan a apreciar la autonomía no como un riesgo, sino como una oportunidad para el crecimiento. Sin embargo, es importante señalar que no todos los aspectos de la movilidad independiente se valoran de la misma manera. La diversión y la exploración a menudo quedan en un segundo plano.
Ruptura o adaptación en la crianza
El artículo plantea una pregunta pertinente: ¿la transición hacia la velonomía representa una ruptura con la crianza intensiva o simplemente una adaptación? La respuesta es compleja. Muchos padres hablan de “soltar” y “no estresarse tanto”, pero las expectativas subyacentes de preparar a los niños para el futuro continúan guiando sus decisiones.
Los autores concluyen que la velonomía “no representa un alejamiento de la lógica de la crianza intensiva, sino más bien una forma de renegociarla”. Esto sugiere que, aunque hay un cambio hacia la flexibilidad, las expectativas parentales siguen presentes, abriendo la puerta a una nueva forma de entender la crianza.
Referencias
- Thiry, Médard y Milnes, Anthony. 2024. “Reports Engineered ‘landmarks’ associated with Late Paleolithic engraved shelters”. Journal of Archaeological Science: Reports, 55: 1-25. DOI: 10.1016/j.jasrep.2024.104490
La conversación sobre la crianza y la movilidad infantil continúa evolucionando, y la velonomía emergente promete ofrecer un camino hacia una crianza más consciente, que valore la independencia y autonomía de los más jóvenes. Este enfoque no solo beneficia a los niños en términos de habilidades y confianza, sino que también puede transformar la relación entre padres e hijos, creando un entorno donde la libertad de movimiento se celebra y se fomenta.
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